Si cada 24 de diciembre terminas enojado con tus papás, de mal humor por algún comentario que hicieron tus tíos, harto de tu primo o regañado por tus abuelos, esta mini guía para llevarte mejor con tu familia puede ayudarte a salvar la Navidad. Pero antes de comenzar, queremos pedirte que abras tu corazón y mires con empatía a tus familiares, trata de comprenderlos y ponerte en su lugar antes de juzgarlos. Eso solucionará casi por completo cualquier conato de conflicto. Y si no funciona, tenemos estos consejos:
1. Ofrece ayuda
Llega primero a la cena y pregunta en qué puedes ayudar. O, mejor aún, ofrece la cena en tu casa para que tu labor se trate de anfitronear, ver que todos estén cómodos, tengan bebidas y hayan comido bien te ayudará a sobrellevar la cena y las conversaciones. La idea es que pases la noche demasiado ocupado tratando de que los demás se la pasen bien como para pasártela mal tú.
2. Acepta con amor y compasión a tu familia
Tu familia es tal y como es desde mucho antes que tú nacieras, no la vas a cambiar en una noche. Casi todos tenemos una o varias personas con las que no estamos de acuerdo en nuestra familia. No importa cuánto debatas con ellos, no vas a lograr que cambien de opinión. Y no tienes por qué hacerlo. Ten la generosidad y la compasión suficiente para aceptarlos con todas sus trabas en lugar de antagonizar con ellos. No vas a ganar ninguna batalla y quizá sí una gastritis.
3. Busca alguien con quien platicar
Puedes juntarte con ese primo que siempre se pone de tu lado y, entre los dos, tratar de sortear la noche, o invita a un amigo. La familia siempre se comporta distinto (más amable, menos incisiva) cuando hay extraños entre ellos. Usa los buenos modales de tu familia a tu favor llevando a alguien a quien quieran impresionar o por lo menos hacerlo sentir acogido.
4. Procúrate una cena deliciosa
Nadie puede estar de mal humor si come rico. En serio. Si por más que lo intentas no logras conectar con tu familia o te sientes incómodo y no hay mucho que puedas hacer, es momento de concentrarte en tu paladar y en comer todo lo que te gusta (con moderación).
5. Evita por todos los medios beber de más
Puede parecer una buena idea beber para relajarte un poco con tu familia, sin embargo, la línea entre un par de tragos para liberar la tensión y la borrachera impertinente es muy delgada, sobre todo en fiestas donde las bebidas alcohólicas abundan y se consumen de manera poco mesurada. Recuerda que uno de los efectos del exceso de alcohol es la irritabilidad o la sensibilidad extrema, lo que puede resultar muy contraproducente si lo que deseas es llevar la fiesta en paz.
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