Los padres hoy en día se esfuerzan por mantener a sus hijos ocupados y entretenidos, les proporcionan televisión, videojuegos e internet con tal de que "no se aburran", sin saber que podrían estar obstaculizando el desarrollo de sus capacidades intelectuales. El afán por mantener a los niños constantemente estimulados ha ocasionado que tengan problemas para concentrarse en una tarea y para encontrar soluciones lógicas a los problemas que se les plantean.
Los niños que no se aburren no tienen necesidad de imaginar, usar su creatividad para inventar juegos o maneras de entretenerse o cultivar la atención a su alrededor y, por lo tanto, tienen una menor capacidad para resolver problemas de forma innovadora o creativa y su atención suele ser dispersa, incapaz de la concentración. Según investigadores de la Universidad de East Aglia en el Reino Unido, el aburrimiento es fundamental para que los niños desarrollen habilidades cognitivas.
Además, la contemplación del entorno que permite el aburrimiento hace que los niños no sólo aprendan a prestar atención sino que adquieran habilidades fundamentales para el ejercicio científico, como la observación y el registro de datos.
Muchos padres creen que es su papel mantener entretenidos y ocupados a sus hijos, cuando históricamente esto jamás ha sido así. Los niños siempre han tenido que resolver el tema del esparcimiento por sus propios métodos y, muchas veces, gracias a ello han desarrollado habilidades o talentos artísticos y científicos.
Por último, todo lo anterior aplica no sólo para los niños sino también para los adultos: ¿cuando fue la última vez que te quedaste en casa sin hacer absolutamente nada? ¿Por qué le tenemos tanto miedo a estar desocupados? Recuerda que muchas de las reflexiones fundamentales en la vida de una persona se presentan en ese estado contemplativo que sólo permite el aburrimiento.
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