¿Te ha pasado que, al entrar a una casa, la energía del lugar te invita a quedarte o hace que quieras irte lo antes posible? Hay hogares apacibles y acogedores, mientras que otros hacen sentir una energía “pesada”, que evita que quienes se encuentran ahí se sientan a gusto.
Esto puede deberse a desequilibrios energéticos dentro del hogar, ya sea por problemas entre las personas que viven ahí o por cosas tan simples como falta de limpieza y ventilación.
Para que tu casa se llene de energía positiva, además de tratar de mantener una buena relación entre sus habitantes y solucionar los problemas a tiempo, es importante poner atención en algunos aspectos, como la iluminación y el orden.
Una casa con las paredes descarapeladas, las puertas oxidadas o los muebles rotos o deslavados no es muy acogedora que digamos. Por ello se requiere darle un mantenimiento periódico: pintar paredes, techos y rejas, arreglar y tapizar los muebles, y más allá del aspecto estético, cuidar que las tuberías y la instalación de gas y eléctrica estén siempre en buenas condiciones.
Más allá de la limpieza cotidiana que hay que realizar regularmente en casa, es necesario que establezcas una rutina para una limpieza profunda, en la que saques todo el polvo que se acumula debajo de los muebles, entre las cosas que rara vez usas y en cada rincón. Mueve muebles, accesorios y electrodomésticos y asegúrate de dejarlos bien limpios.
Limpia bien la parte superior de puertas y muebles altos, los marcos y cristales de las ventanas y el techo de la cocina, donde suele acumularse suciedad debido al vapor y la grasa que se impregnan al preparar los alimentos.
Lava alfombras, tapetes y muebles tapizados, como sillones y sillas, y cambia las sábanas y cobijas de las habitaciones. Procura utilizar algún aromatizante para dar una sensación de frescura a tus espacios.
Si llegas a un lugar donde reina el desorden, lo que menos querrás es permanecer ahí mucho tiempo. Por eso, es importante que todas las habitaciones de tu casa estén siempre ordenadas, que cuenten solamente con las cosas necesarias, las cuales deben estar colocadas en su sitio.
Para que te sea más fácil mantener tu casa en orden, lo ideal es que te quedes sólo con lo que realmente necesitas y usas. Deshazte de todo lo que no utilizas. Tira lo que ya no sirve, lleva lo que pueda reciclarse a los lugares pertinentes para ello y dona las cosas que estén en buen estado. Verás como así logras tener más espacio disponible y una mejor organización.
La luz solar y el aire son esenciales para purificar el ambiente del hogar y dar paso a las energías positivas, pues una casa que se mantiene cerrada la mayor parte del tiempo luce oscura y poco acogedora. Además, sin una ventilación adecuada, acumula todo tipo de olores y partículas de polvo, que hacer sentir un ambiente pesado y poco agradable.
Para evitar esto, basta con que todos los días abras puertas y ventanas para dar paso al aire y la luz. Déjalas así todo el tiempo que sea posible; mientras más, mejor. En el caso de las cortinas, lo mejor es que permanezcan abiertas todo el día para que realices tus actividades con iluminación natural; ciérralas hasta la noche, cuando sea necesario encender las luces.
Las plantas no sólo ayudan a decorar y purificar el ambiente; también le dan una apariencia fresca, colorida y llena de vitalidad a los espacios donde las pones.
Hay una gran variedad de plantas que pueden colocarse en macetas para tener en interiores, sólo debes asegurarte de sus necesidades de luz o sombra antes de decidir dónde colocarlas.
Algunas opciones son las suculentas, las cunas de Belén, los geranios, las orquídeas, la lavanda, el bambú y el aloe vera, que además te ayudará como remedio casero para el cuidado de la piel y el cabello, así como a mejorar la digestión.
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