Las empresas son como sociedades en miniatura en las que conviven distintos tipos de personas con ideas, creencias, hábitos, costumbres y energías muy diferentes y, muchas veces, totalmente opuestos.
Entre esa diversidad de personalidades encontrarás grandes compañeros, algunos hasta podrían volverse tus amigos, algunos más no serán de tu agrado o tú no les vas a agradar, pero al margen de las diferencias, puedes mantener una relación cordial.
Por otro lado, están también las personas tóxicas, que pueden obstaculizar tu desempeño u ocasionar problemas en el equipo.
Las personas tóxicas se caracterizan por perturbar el ambiente y el bienestar de quienes les rodean, a través de actitudes y comentarios negativos. Además, suelen ser mentirosas, envidiosas, soberbias, egocéntricas, enojonas y quejumbrosas. Mientras algunos prefieren estar aislados y solos, otros buscan constantemente ser el centro de atención.
Estos son individuos que acostumbran ver el lado negativo de todo, esparcir rumores y chismes, retrasar el trabajo del equipo, llevar siempre la contraria y menospreciar a los demás o sus opiniones. Además, suelen ser poco o nada amables y el trato con ellos es difícil para la mayoría de los que se encuentran a su alrededor.
Es importante saber que la mayoría de estas actitudes surgen de personas que en su interior tienen baja autoestima y mucha inseguridad, así que usan estos comportamientos y actitudes para hacer miserable la vida de otros y sentirse menos insatisfechas consigo mismas.
Cuando esos compañeros tóxicos no tienen relación con tu trabajo, lo mejor es evitarlos y mantener tu distancia. Pero si son parte de tu equipo, inevitablemente deberás relacionarte con ellos, hacer todo lo posible para que esa relación sea cordial y respetuosa y no dejar que sus actitudes negativas te afecten.
1. Acéptalos. Ya que no está en tus manos hacer que su actitud cambie, lo mejor es aceptar que son así y poner lo que esté de tu parte para que la relación con ellos se maneje sobre la base del respeto mutuo.
2. No caigas en su juego. Limita la relación con esas personas al ámbito laboral y trata con ellos sólo los asuntos relacionados con tus actividades en la empresa. No te dejes llevar por su negatividad ni por sus quejas, y no creas todo lo que te dicen, pues es muy probable que se trate de chismes y rumores.
3. No lo tomes personal. Es normal que te sientas mal o agredido si un compañero de trabajo tiene un comportamiento negativo, grosero o hiriente. La clave es no permitir que esa persona te haga sentir mal, ni perder el control de tus emociones.
Para ello, ten en cuenta que su personalidad es lo que le hace actuar así, y seguramente se comporta de la misma manera con otros integrantes del equipo. Así que no significa que algo esté mal contigo.
4. Nunca busques su aprobación. Como ya dijimos, es importante limitar la relación únicamente al terreno laboral, y ni siquiera ahí buscar agradarles o quedar bien con ellos. Al hacerlo, elevas su ego y les das poder sobre ti, pero por más que hagas, jamás les vas a dar gusto y nunca van a darte la razón o elogiar tu trabajo, ya que el egoísmo y la envidia forman parte de su ser.
5. Enfócate en tu trabajo. Mientras las malas actitudes de los demás no te afecten ni en lo personal ni en el desempeño de tu labor, deja que el mundo ruede y no les des mayor importancia. Concéntrate en hacer bien tu trabajo porque, a final de cuentas, eso es lo que habla bien o mal de cada uno dentro de la empresa.
6. Enfrenta el problema. Si por más que pones de tu parte y mantienes tus reservas con los individuos tóxicos, ellos no dejan de interferir en tus actividades o te molestan de manera más directa, entonces necesitas enfrentarlos.
Lo mejor es que primero hables directamente con el compañero tóxico en cuestión. De manera tranquila, amable y respetuosa, hazle saber que su actitud o comportamiento hacia ti te incomoda. Pregunta qué es lo que le molesta o por qué lo hace y busquen una solución. Es importante que no lo enfrentes si estás enojado o fuera de tus casillas, porque eso sólo empeorará la situación.
Si esto no funciona y las agresiones o la interferencia con tu trabajo continúan, el siguiente paso puede ser hablar del tema con tu jefe directo y la persona encargada de recursos humanos para que te asesoren, apoyen y, de ser necesario, tomen cartas en el asunto.
Finalmente, es importante que aprendas a manejar tus emociones al lidiar con personas tóxicas, especialmente si te las encuentras en el trabajo. Mantener la serenidad y una actitud de respeto y cordialidad suele ser la mejor arma ante su toxicidad. Así que enfócate más en ti y en tu trabajo y trata de ignorar lo que los compañeros tóxicos hacen o dicen.
¿Alguna vez has tenido compañeros tóxicos? Comparte tu experiencia en los comentarios.