La clave de la autoestima es aceptarnos y amarnos tal cual somos, pero ¿qué pasa si ni siquiera sabemos quiénes somos? El primer paso para la autoaceptación necesariamente es el autoconocimiento. Toda la historia de la filosofía y las religiones está marcada por el deseo y la aspiración de conocernos a nosotros mismos para poder acceder al conocimiento divino. ¿Cómo comenzar? He aquí cinco preguntas que deberías hacerte para comenzar a saber quién eres.
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1. ¿Qué cosas tengo que perdonarme?
Esta pregunta es fundamental porque la mayoría de tus limitaciones o de tus frustraciones en la vida están determinadas por la respuesta que te des a ti mismo. ¿Cuáles son las cosas que te reprochas haber hecho o haber omitido? ¿Guardas alguna culpa o remordimiento? Es momento de hacer las paces contigo mismo.
2. ¿Cuáles son mis carencias emocionales?
Esta pregunta se trata de reconocer qué domina tus emociones. ¿Eres una persona que se enoja con facilidad o que se ofende por cualquier cosa? ¿Te cuesta trabajo perdonar a otros? ¿Haces cosas que no deseas por temor a quedarte solo o ser rechazado? Todas esas actitudes revelan una carencia emocional. Identifica las tuyas.
3. ¿Estoy haciendo lo que quiero con mi vida? Si la respuesta es no, ¿qué me detiene?
Cuando llegas a esta pregunta, si has respondido las dos anteriores con sinceridad es probable que tengas una idea muy clara de las cosas que te detienen para hacer lo que quieres. Identifica aquellas cosas que deberías soltar o dejar de temer para comenzar a vivir la vida que deseas.
4. ¿Cuáles son mis fortalezas?
Una vez que sabes qué es lo que te detiene para lograr lo que deseas y cuáles son los aspectos de tu vida que debes perdonarte y sanar, es importante reforzar aquellas cosas que te dan seguridad. ¿Cuáles crees que son tus caracterísiticas más positivas? Ennuméralas y te sorprenderá lo importantes que son y lo poco que en realidad las valoras.
5. ¿Cómo puedo usar mis fortalezas para ser más feliz?
Esta es la pregunta más importante que debes hacerte, pues para responderla debes dejar de pensar en tus miedos y tus remordimientos para enfocarte en todo aquello que puede impulsarte a lograr tus metas: ¿de qué manera puedo poner a trabajar mis talentos y virtudes a mi favor?
Una vez que te hayas respondido estas preguntas no sólo te conocerás más a ti mismo y, por lo tanto, serás capaz de aceptarte tal cual eres, sino que también tendrás una idea mucho más clara de tu proyecto de vida. ¡Adelante!
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