El mundo está lleno de experiencias que nutren nuestro espíritu y nos conectan con quienes realmente somos. Por desgracia, pareciera que la vida moderna nos aleja cada vez más de ellas y las sustituye por experiencias de consumo; trabajamos todo el día para ganar dinero que nos permita comprar cosas. Y estas cosas nos hacen sentir bien, sin duda, pero solamente por un rato y ese rato se va haciendo cada vez más breve y pronto necesitaremos comprar más cosas para volver a sentirnos bien... Mientras tanto, nuestras necesidades espirituales se van postergando hasta hacernos sentir desanimados y sin motivos para la alegría.
Estos sencillos tips pueden ayudarte a recuperar tu conexión espiritual y a sentirte mucho mejor contigo mismo y las personas que te rodean:
Pasa un día entero sin conectarte a Internet, apaga el celular y las computadoras e intenta realiazar tus actividades lejos de la tecnología. ¿Sientes ansiedad por no enterarte de lo que ocurre en las redes sociales? Da una pequeña caminata, toma un baño largo o cocina algo que te guste.
Tómate unos minutos para obsevar lo que ocurre a tu al rededor, mira por la ventana, observa a las personas que pasan por la calle o que te rodean. Trata de notar la mayor cantidad de cosas posibles. Involúcrate un momento al día en el paisaje que te rodea.
No dejes de preguntarte cómo te sientes, qué deseas o qué te preocupa. Trata de hablar contigo lo más posible en todo momento del día. Si es necesario, apártate en un sitio donde te sientas cómodo y hazlo en voz alta.
Por un día, una semana o un mes. Tú decides. La televisión no te hace ningún bien y lo sabes, entre menos la veas, menor será la cantidad de basura que te estás obligando a procesar y mejor te sentirás contigo mismo.
Haz una lista de todo lo bueno que hay en tu vida y agradece por ello. Estamos acostumbrados a agradecer cuando alguien hace algo por nosotros o nos regala algo, pero rara vez agradecemos por todo lo que ya tenemos.
Deja de juzgar e intenta ponerte en los zapatos de las personas. Acéptalas como son y no las critiques. ¿Difícil verdad? Empieza por señalarte a ti mismo cuando dices algo desagradable sobre alguien y poco a poco lo harás consciente.
¿Hace cuánto que no haces un obsequio simplemente para hacer feliz a alguien? No tiene que ser nada caro, la idea no es que te lo agradezcan o que quedes bien con esa persona, simplemente hacerla sonreír.