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10 cosas que le diría a mi yo de 20 años

Junio 02, 2016

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Cumplir treinta años es uno de los momentos más importantes en nuestra vida. Aunque no está escrito en ninguna parte, es justo cuando comenzamos lo que se conoce como "vida adulta". Es algo emocionante y aterrador por igual y nos coloca en una perspectiva distinta ante nosotros mismos que nos obliga casi invariablemente a reflexionar sobre nuestro pasado. 

 

Cumplí treinta años hace apenas unos meses y sigo esperando la tan famosa "crisis" que supuestamente te hace temer a la vejez, tatuarte o comprar una patineta; lo que sí llegó fue una especie de corte de caja: ¿estoy donde quiero estar? Seguido de su debido ajuste de cuentas: ¿qué me debo a mí misma? Repasar mi yo de veinte años me hizo pensar en mil cosas que me hubiera gustado saber entonces y que nadie me dijo. Con mucho esfuerzo las reduje a 10 y aquí están:

 

1. No es el amor de tu vida. Ese ex novio que aún te duele, ése que crees que nunca vas a superar, un día te va a dar risa. Vas a despertar una mañana y te vas a dar cuenta de que ya no lo extrañas, así, sin aspavientos, como si te dieras cuenta de que ya no hay cereal. Luego vas a seguir con tu día y con tu vida y cuando pienses en él esporádicamente no vas a comprender cómo pudiste creer que eran almas gemelas.

 

2. No hay nada de qué arrepentirse. Cometerás muchísimos errores, incluso algunos que te tomará años enmendar, pero no debes avergonzarte, cada tropiezo te ha hecho crecer y aunque hoy parezca impensable, un día los recordarás con una sonrisa.

 

3. No aceptes cualquier empleo. Aprende a respetar el valor de tu trabajo, no lo regales o lo malbarates sólo para conseguir experiencia. Te ahorrarás muchas frustraciones laborales si aprendes a no aceptar cualquier condición y cualquier salario. Los buenos empleos existen, sólo es cuestión de tener paciencia.

 

4. Viaja todo lo que puedas. Este es el mejor momento de tu vida para viajar sin presupuesto; con los años te volverás quisquillosa y comenzarás a fijarte en el número de estrellas de los hoteles. Hoy que no te importa compartir habitación en un hostal con 15 desconocidos aprovecha que tienes el tiempo y la energía y no pares de viajar. 

 

5. Atesora experiencias, no dinero. Muchos tratarán de convencerte de que debes comenzar a ahorrar y quizá no se equivoquen, la situación económica no se pone más sencilla en 10 años, al contrario. Sin embargo, cuando tengas dinero, no dudes en comprar boletos para un concierto, irte de viaje o comprarte esa chamarra que seguirás poniéndote a los 30 (y se te seguirá viendo increíble). El dinero va a seguir llegando y va a seguir yéndose, tus veinte sólo los tendras una vez en la vida.

 

6. Lo más importante que te dejará la universidad son los amigos. Deja de preocuparte por tu promedio o por no llevarte materias a extraordinario, al final, de la universidad lo más valioso que obtendrás serán tus amigos y las experiencias que vivieron juntos (y que seguirán dándoles risa diez años después cada vez que se reunan).

 

7. Olvídate de la idea de éxito. No hay forma de alcanzar el éxito, ni a tus veinte ni a tus treinta, báscicamente porque no existe tal cosa. Cuando creas que por fin lo has alcanzado, te darás cuenta de que ahora deseas cosas nuevas y tendrás que comenzar de nuevo. Y eso está bien, de hecho, de eso justamente se trata la vida.

 

8. No hay nada de malo en no caerle bien a todo el mundo. Tarde o temprano te darás cuenta de que no puedes ser el mejor amigo de todas las personas que conozcas, incluso habrá algunas a las que no les caigas bien desde el principio y no hay nada que puedas hacer al respecto. Dejarás de intentar agradar a todo el mundo y lo que piensen o no los demás acerca de ti será irrelevante. 

 

9. No estás tan gorda/fea/flaca como te imaginas. Un día vas a mirar una fotografía de cuando tenías veinte y te vas a encontrar preciosa. Entonces entenderás que no valía la pena criticarte tanto y te dará ternura haber sido tan insegura sobre tu aspecto físico. Descubrirás que la mujer segura y guapa que ves hoy al espejo siempre estuvo ahí, sólo que antes no eras capaz de verla.

 

10. Cuida tus rodillas. Y tu piel y tu cara. Cuídate toda tú, atiéndete los dolorcitos, trata de comer bien y beber agua. Un día, cuando menos te lo imagines, vas a descubrir lo que es una verdadera cruda. Y una verdadera migraña y una verdadera gastritis. Y más te vale estar bien equipada con un cuerpo sano cuando ese día llegue.

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