Cuando has pasado por períodos de estrés emocional o mental extremo, tu alma puede entrar en un descanso profundo temporal, el cual puede sentirse similar a los síntomas asociados con la depresión.
Por mucho que trates de salir de ello al pensar positivamente o intentes cambiar tu estado al forzarte a ser físicamente más enérgico, es probable que todavía te sientas con una vibración baja.
La razón de esto es que tu alma necesita tiempo para repararse, de la misma manera que los músculos cansados o los huesos rotos necesitan tiempo para sanar. Aunque no se vea tu alma, es tan importante como el recipiente en el que se encuentra, y es vital que le demos prioridad a la curación del alma, así como le damos gran importancia al daño corporal.
Uno de los signos más notables de un alma cansada es el deseo de dormir mucho más tiempo de lo normal, e incluso cuando no estás dormido, luchas para motivarte para llevar a cabo las funciones básicas (hasta el punto de que incluso levantarte de la cama por la mañana puede parecer imposible).
Si no le prestas atención a tu alma e ignoras las señales de advertencia de que tu energía se agota rápidamente, ello puede llevar a condiciones más severas y a largo plazo, como problemas de salud mental, ansiedad crónica o depresión.
1. Durante el día, todo lo que quieres hacer es estar acostado y tomar siestas. Cuando tomas siestas te es difícil levantarte de nuevo y parece que te encuentras en un estado zombi.
2. No tienes una respuesta clara o concisa cuando alguien te pregunta qué tienes y por qué te sientes así.
3. Sientes que todo tu cuerpo te duele.
4. Sientes que no estás en sincronía con tu tiempo actual, es decir. tu mente está en el pasado o trabaja de manera mucho más lenta.
5. Todas las emociones se intensifican, así que es probable que te sientas mucho más vulnerable y emocional.
6. Tienes sentimientos de soledad profunda cuando te encuentras rodeado de otras personas.
7. Tu cuerpo, tus músculos, todo se siente mucho más débil que de costumbre.
8. Tienes ansiedad crónica y ataques de pánico.
9. Tienes pensamientos de enojo, amargura, resentimiento o celos acerca de otras personas, cuando normalmente perdonas, eres compasivo y no guardas rencor.
10. Sientes inseguridad sobre el futuro, estás harto de la vida, y tienes desinterés por pasatiempos y actividades que alguna vez disfrutaste. El deseo de dejarlo todo atrás y empezar de nuevo se vuelve más tentador cada día.
Las almas pueden sentirse cansadas, agobiadas y fatigadas por una variedad de razones. Es posible que hayas pasado por una ruptura que afecta tu salud emocional y mental. Es posible que hayas sufrido una gran pérdida y lidies con un dolor extremo, o que estés frente a una serie de cambios en tu vida que son difíciles de seguir, ya que tu realidad diaria se altera más allá de lo que puedes reconocer.
Otras razones quizá sean que estés rodeado de gente cuya energía se siente tóxica; no vives tu verdad, y pones a otros antes que a ti mismo. Cualquiera que sea la razón, no dejes que tu alma se canse y cuídala de esta manera:
1. Ten como prioridad tiempo para cuidar de ti mismo.
2. Descansa tanto como puedas.
3. Deja la tecnología a un lado y ocúpate con cosas como salir a caminar, escuchar música, ver una película o algo que involucre moverte y salir.
4. Toma tiempo para realizar prácticas espirituales como yoga, meditación o disfrutar del Sol y la Luna.