Existe una profunda relación entre el cuerpo y el espíritu. Este vínculo es de suma importancia para comprender la forma en que percibimos el mundo pues todas las expresiones internas tienen un reflejo directo en las expresiones externas. Un ejemplo evidente es la enfermedad que ocurre cuando hemos sometido nuestro pensamiento a la tristeza o el estrés.
Más allá de lo anterior, las conexiones entre nuestro cuerpo y espíritu también se manifiestan de formas un poco más sutiles todo el tiempo. Por ejemplo, a través de los chakras. Es por eso que preparamos una serie de textos que te ayudarán a identificar con cuál de tus siete chakras puedes tener conflictos, junto con una breve reflexión en torno a cómo comenzar a aliviar ese problema.
PRIMER CHAKRA: MULADHARA
El primer chakra, muladhara, se relaciona con la tierra, es decir, con nuestras raíces. Tiene que ver con el fundamento de la vida, el motor de las cosas, la supervivencia, el cuerpo, la comida, la materia y los comienzos.
Está localizado en el perineo y su elemento es la tierra. El primer chakra tiene un estado de energía sólido y se corresponde con las piernas, los pies, los huesos y el intestino grueso. Su color es rojo y sus planetas son Saturno y la Tierra.
¿Por qué es tan importante aliviar al primer chakra? Porque a través de él las personas definimos nuestra identidad y delineamos la forma de autoconservación del cuerpo y el espíritu. Cuando este chakra se encuentra en conflicto solemos sentir miedo y padecer enfermedades como obesidad, anorexia o estreñimiento. A continuación encontrarás una serie de preguntas que te ayudarán a identificar si te sientes en conflicto con tu primer chakra.
¿Acostumbras realizar algún tipo de ejercicio?
¿Cómo valorarías tu salud física?
¿Te gusta tu cuerpo?
¿Te sientes con derecho de ocupar tu lugar aquí?
¿Antepones las necesidades de otros antes que las tuyas?
¿Cómo es tu relación con el dinero?
¿Con qué frecuencia haces realidad tus proyectos?
¿Cómo te relacionas con lo material?
Las respuestas serán un apoyo para tu reflexión personal. Si no te sientes cómodo con los puntos anteriores, te recomendamos prestar atención a tu primer chakra. Para ello, te invitamos a reflexionar sobre el arraigo, un concepto fuertemente vinculado con el primer chakra.
En realidad, la sensación de arraigo la aprendemos desde el comienzo de nuestra vida cuando gateamos y sentimos los objetos del mundo; no obstante, los problemas emocionales como el sufrimiento y el abandono pueden desarraigarnos como a los árboles una tormenta.
Es importante volver al arraigo pues conectar con nuestra raíz nos hace crecer y separarnos de ella nos hace sentir miedo. Estar arraigado es estar sólido, presente en el ahora y con los pies en la tierra. Puede ser complejo, pero el arraigo nos recuerda que estamos solos y esta es una buena base para una vida espiritual plena.
El arraigo tiene mucho que ver con la confianza real que depositamos en nosotros mismos y en el mundo. Estar en contacto con la realidad, con un primer chakra abierto, nos ayuda a establecer contacto con el planeta y su energía, la cual nos carga sin oprimirnos. Trata de centrarte en el presente, en las sensaciones que rodean todos los momentos y disfruta tu cuerpo y tus propios proyectos.
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