Si no fuera posible liberar al corazón, no pasaría tanto tiempo tratando de transmitir a los demás cómo sí es posible liberarnos de los enredos mentales que nos hacen sufrir.
Creo tan fervientemente en nuestra capacidad de crear una mejor realidad para nosotros mismos, y por eso te comparto esta reflexión, esperando que te ayude a conectarte con aquello que es lo realmente importante para ti y para tu propia evolución.
Te invito a encontrar tu camino; ese camino espiritual que tanto anhela tu alma, aunque quizá no lo tengas tan consciente. Te invito a confiar en las posibilidades de vivir tu vida de una manera distinta; confiemos en nuestra capacidad de “despertar”, confiemos en nuestro potencial de ser libres.
A esto se traduce la esperanza espiritual
La práctica va a sacar lo mejor de ti. Va a liberar tu potencial. De este espacio y esta constancia en practicar lo que te conecta, sale esta energía de liberar lo mejor de nosotros. Aquí nace la resiliencia.
Reflexiona qué tan lleno está tu “tanque de esperanza”. Respira. Escucha tu corazón.
¿Puedes sentir que tu consciencia está evolucionando? ¿Se incrementa la posibilidad de entender la bondad, el amor?
¿Cuánta esperanza tienes en que tu vida se está desenvolviendo de la manera que “más” te importa; dándole verdadero peso y esfuerzo a las cosas que son importantes para ti?
Cierra los ojos. Recordemos juntos la importancia de reflexionar en la autocompasión que despierta la esperanza espiritual.
Escanea tu cuerpo y siente.
¿Te sientes atorado en ese mal hábito de juzgarte a ti mismo? ¿En algún sentido sientes que no perteneces? ¿No confías en ti?
Permítete estar consciente de este “atore” y cómo se siente en tu cuerpo, observa qué emociones surgen cuando haces este ejercicio.
Observa. Cuando vas en tu contra, ¿cómo se siente?; ¿te percibes a ti mismo como separado de los demás?
Vamos a reconocer juntos esto que estamos sintiendo, lo vamos a dejar entrar, vamos a dejar que se inunde nuestro cuerpo de incomodidad.
Necesitamos abrirnos al dolor si queremos cambiar.
Manifiesta. ¿Qué quieres manifestar? ¿Cuáles son las cualidades que te importan? (esas que te importan en lo más profundo de tu alma).
Respira y siente. Siente tu presencia en este momento. ¿Cuál es tu esperanza espiritual? Manifiesta aquello que quieres ver sucediendo para ti.
¿Cuáles son las cualidades del corazón y del espíritu que son importantes para ti?
¿Cuál es tu esperanza para nuestra sociedad, para nuestro mundo? Justicia, compasión, cuidar a los necesitados. ¿Qué es lo que anhelas?
¿Cómo se siente habitar esa esperanza? Déjala que llene tu corazón.
¿Qué significaría vivir desde esta esperanza?
Recuerda esa presencia amorosa que es tu esencia. Te invito a estar abierto a todas esas maneras en las que puede manifestarse. Confía en ese amor.
Deseemos juntos que todos los seres despierten a esa “consciencia amorosa”; que todos actuemos desde nuestra bondad natural, desde nuestra esencia, creando un mundo justo, que colectivamente podamos crear el mundo en el que creemos.
Namasté.
Texto escrito por Alejandra Quintero Oria (@alequinterooria), maestra de yoga y meditación, y fundadora de Mahat Ayurveda y Yoga.