En el mundo actual se aplaude mucho tener demasiada confianza y ser siempre el líder de todo, pero pocas veces se aplauden virtudes tan importantes como la humildad, la cual es una de las cualidades más valiosas que alguien puede tener.
Por supuesto que tener confianza en ti mismo es importante, pero eso no quiere decir que tengas que ser arrogante o soberbio. Las personas te admirarán mucho más si eres real, leal, humilde y les extiendes la mano cuando lo necesiten y también pides ayuda cuando tú lo requieres.
La psicóloga Pelin Kesebir llevó a cabo un estudio en donde comprobó que la humildad puede ayudarte en la vida.
La humildad implica la voluntad de aceptar los límites del yo y su lugar en el gran esquema de las cosas, y va acompañada de bajos niveles de autopreocupación.
(Kesebir)
Las personas humildes son más capaces de hacer frente a la ansiedad respecto a temas tan complejos como la muerte. No ponen barreras, sino que utilizan una perspectiva de la vida más amplia para vivir plenamente.
Seguramente te has topado con ese jefe que cree saber todo, que te hace menos y que no aplaude tus éxitos. Pero también existen aquellos que son humildes, que se quitan esa etiqueta de “jefe” y realmente saben trabajar en equipo; te apoyan para que tú crezcas y son mucho más amigables y comprensivos.
Tener un alto nivel de autocontrol es una de las claves para una vida exitosa. Curiosamente, los estudios han encontrado que una obsesión con el "yo" puede, paradójicamente, conducir a un menor autocontrol.
Sin embargo, los humildes, debido a que le dan menos importancia al yo, tienen un mayor autocontrol en muchas situaciones. Tal vez esto se deba, al menos en parte, al hecho de que las personas humildes tienden a conocer sus límites.
Una de las características de ser humilde es tener un bajo sentido del derecho. La gente humilde no cree que se le deban cosas.
Esto lleva a una visión menos prejuiciosa del mundo, que anima a la gente a ser tolerante con los demás y menos defensiva de sus propias creencias. Esto conlleva que tengan mejores relaciones interpersonales, porque son realmente capaces de aceptar a los demás.
Sé humilde y conviértete en un ejemplo
Como todo tipo de virtudes, tú puedes poco a poco poner en práctica la humildad para que se vuelva parte de tu vida diaria. No solamente se trata de ser humilde con las personas, sino de demostrar humildad ante la vida, agradecimiento por todo lo que tienes, y realmente valorarlo.
Admite que no eres el mejor en todo
Siempre tendrás algo nuevo que aprender de tus compañeros, amigos o familiares. Deja de pensar que tienes la razón en todo y ábrete a las posibilidades de convertirte en una mejor persona y de aprender lo que los demás tienen para enseñarte.
Reconoce tus errores
En lugar de hacer juicios sobre los demás, concéntrate en lo que tienes frente a ti. Tus errores pueden convertirse en lecciones si realmente te responsabilizas de ellos y dejas de hacerte la víctima.
Ante todo, sé agradecido
Deberías estar agradecido por las decisiones que tomaste y por las cuales estás aquí hoy, pero piensa que no podrías haber logrado tu objetivo por ti mismo. Es el apoyo de tus padres y amigos lo que te ayudó a conseguir tu posición.