El caos mundial no solamente te afecta a ti como adulto; los niños también lo perciben, aunque no te des o no quieras darte cuenta. Es posible que veas que tus hijos se divierten, van a la escuela, la pasan bien y tienen muy pocas preocupaciones. ¿Pero crees que esto sea realmente cierto?
Puede ser que sí, que le des todo a tus hijos para que sean lo más felices posible, pero la escuela también puede ser un campo de batalla. Cada día el bullying es peor, las tareas pueden ser excesivas y en las escuelas públicas los salones están atiborrados.
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Recuerda cómo era en tu época la niñez... Hoy en día, puede que sea muy diferente. Además, los niños también absorben las cosas que pasan en casa. Muchas veces solamente se cierran en su mundo para no sentir lo que sucede alrededor, pero de alguna u otra forma lo sacarán. Así que es mucho mejor que desde pequeños les ayudes a ser más resilientes, para que sepan cómo lidiar con las cosas de la vida de mejor manera y nunca se den por vencidos.
La meditación puede ser de gran ayuda para esto y para tratar a niños que tienen trastorno de hiperactividad, déficit de atención, problemas de ira o simplemente para que puedan disfrutar de su infancia.
Antes que nada debes tener tu propia práctica de meditación, porque si no, será bastante complejo que los niños aprendan algo que no comprendes del todo y que no sabes explicar bien. Cuando tienes una práctica sólida de meditación, podrás trasladar todo ese conocimiento de la forma más concisa y sencilla.
Mantenlo simple. No tienes que preocuparte por darles explicaciones complejas a los niños. Ellos entienden perfectamente bien si les explicas de forma concisa y directa. No te andes por las ramas, dales indicaciones fáciles y siempre haz los movimientos o acciones que les pidas, los niños se guiarán mucho por tus acciones y comportamiento.
Utiliza recursos como contar historias o imaginarse personajes. La imaginación de los niños es grandiosa. Si tan sólo te dieras un momento para cultivar esa imaginación de adulto, seguramente muchas cosas cambiarían. Si ya has practicado mindfulness, seguramente lo has hecho al concentrarte en tu respiración.
Los niños necesitan un poco más de historia; puedes crear todo un cuento alrededor de la meditación para que se adentren en ella. Pídeles que se imaginen un viaje a otro planeta, su destino favorito, las montañas o algo que creas sea adecuado para el momento, el entorno y la edad de los pequeños.
Utiliza música o sonidos. Puedes combinar las historias con un poco de efectos especiales. Lo importante es que los niños se sientan completamente identificados con lo que vas a contarles. Puedes usar una campana, cuencos tibetanos o música relajante. Snatam Kaur tiene una compilación de mantras para niños que puedes utilizar:
Se le ha dado tanta importancia a la meditación para niños que incluso en algunas escuelas de Estados Unidos se han cambiado los castigos por la meditación. Los estudiantes de la escuela primaria Robert W. Coleman en Baltimore, Maryland, son enviados a salones especiales para meditar como “castigo” cuando hacen algo indebido.
Más que un castigo, esta ha sido una gran enseñanza para estos pequeños. Desde que se implementó esta nueva regla, los índices de suspensión bajaron. Algunos estudiantes dieron su testimonio de cómo ese programa les había cambiado la vida. Por ejemplo, se dieron cuenta de que si hacían un examen y había mucho ruido alrededor, podían ser capaces de estar con ellos mismos y poder concentrarse.
Este programa le ayudó a los estudiantes a construir su carácter, la resiliencia y la capacidad de poder enfrentar los problemas de la vida en sus casas sólo con los métodos de respiración que aprendieron.
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