Hace unos días publicamos una nota sobre un ejercicio de respiración para meditar mientras caminas. Ahora queremos escribir sobre un ejercicio de respiración para controlar la ira. La razón es que confiamos plenamente en el poder de la respiración para aliviar cualquier conflicto, así como para brindar beneficios a la salud.

La ira es un excelente ejemplo de una emoción que puede controlarse mediante el cuidado de la respiración. Sentir ira es común, pero no sano. Puede causar daños en el estómago, en el sistema nervioso y cardíaco, y muchos daños en las relaciones personales de quien reacciona de forma inapropiada como consecuencia de la ira. Entonces, ¿cómo podemos controlarla? Este ejercicio de respiración puede ser una excelente opción.

• El primer paso es reconocer la ira. Date un momento para aceptar tus emociones. Sí, estás molesto, ¿y ahora qué?

• Antes de expresarte, es mejor que te tranquilices un poco. Te proponemos el siguiente ejercicio de respiración para ello:

1. Para controlar la ira lo más importante es exhalar fuertemente y soltar todo lo que podamos estar conteniendo. Por eso, cuando sientas ira, lo primero que debes hacer es soltar el aire. Vacía completamente tus pulmones con una exhalación profunda.

2. Después de exhalar, permite que la inhalación llegue de manera natural. No inhales hasta que sientas la necesidad de hacerlo.

3. Inhala con calma y vuelve a exhalar con fuerza hasta que tu cuerpo saque todo el aire.

4. Detente cuando sientas que la presión ha disminuido y estás más tranquilo.

• Después de las respiraciones observa la nueva perspectiva que tengas sobre lo que ocurrió. Probablemente te sientas mucho más calmado y podrás reaccionar de mejor manera.

• Ahora sí, expresa lo que te incomoda con objetividad y respeto hacia la otra persona y hacia ti mismo.

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