A la luna de diciembre se le conoce como “luna fría” o “luna de las noches largas”. Dichos nombres le fueron dados por las tribus antiguas, debido a que su aparición en el cielo anunciaba el próximo fin del otoño y la consecuente llegada del invierno, época del año en la que inician las heladas y las noches se vuelven más largas.
Por otro lado, los antiguos europeos la llamaron luna antes de Yule. El Yule era el equivalente a la Navidad para los vikingos y consistía en un festival de 3 días dedicado al solsticio de invierno, a los seres queridos presentes y ausentes y a la fertilidad.
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Energéticamente, la luna llena marca un momento ideal para soltar lo que no necesitas; y con mayor razón en esta, que es la última luna llena del año y de la década, para que puedas cerrar ciclos, liberarte de todo lo negativo y recibir con nuevas fuerzas el período que está por iniciar.
Así que con la mente clara, sin juzgarte, libérate de lo que te detiene e impide alcanzar tus metas. Es tiempo de hacer limpieza en tus espacios y en tus emociones, de dejar ir personas, ideas, sentimientos, relaciones y posesiones que ya no aportan nada bueno y te limitan.
Durante el día del plenilunio, toma un tiempo para meditar o escribir sobre aquello de lo que te quieres liberar: una relación, un patrón de pensamiento, un rencor, una dolencia física o sentimientos de ira o envidia; todo aquello que te ata y detiene.
Pregúntate: ¿Qué no funciona? ¿Qué necesito dejar ir? ¿Qué ocupa espacio innecesario en mi vida? ¿Qué quiero soltar y dejar fluir este año?
Perdónate, perdona, suelta el rencor, libera las emociones contenidas y deja ir para seguir con tu camino en tranquilidad, con una energía limpia y renovada.
Si no te es posible realizar tu meditación a la luz de la Luna, no te preocupes, su energía de todos modos te acompañará, así que puedes hacerla sin importar la hora o el lugar.
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Independientemente de cómo decidas pasar la noche de luna llena, recuerda darte un tiempo para hacer una pausa y disfrutar del espectáculo que te regalará el cielo. Ha sido un año difícil para muchos, y la luna fría es un buen momento para descansar y cuidar de ti mismo mientras reflexionas y te renuevas para el Año Nuevo.