El contacto con la naturaleza tiene una influencia directa sobre nuestro estado de ánimo, al pasear por el bosque o por la playa se apodera de nosotros una extraña sensación de alivio y entramos en un estado de tranquilidad semejante al que tenemos unos minutos antes de quedarnos dormidos. Según investigadores del Departamento de Psicología de la Universidad de Michigan, esto es debido a que la naturaleza estimula las ondas alpha de nuestro cerebro, aquellas que se encuentran en una frecuencia entre 8-13 Hz y que surgen de una actividad eléctrica sincrónica, es decir, cuando todas las células de nuestro cerebro se encuntran en calma. ¿Estás listo para relajarte y concentrate mejor?