En los momentos de dificultades -problemas económicos, globales, enfermedades, la ruptura de alguna relación- parece casi imposible encontrar la calma. Pero para ello existen un sinfín de herramientas que pueden ayudarte a calmar esa mente de mono que parece no tener riendas.
Tonglen es una práctica que se basa en “tomar y mandar” compasión a una persona, un país o a ti mismo. La premisa es que no debes evitar el sufrimiento y solamente buscar el placer, sino tomar ese sufrimiento como una lección.
La práctica de tonglen despierta tu compasión para que tengas una visión mucho más amplia de las cosas. Te introduce al vasto espacio del shunyata (el vacío). Cuando la practicas puedes conectarte con la dimensión real de tu Ser.
Es una meditación que se puede hacer para aquellos que padezcan alguna enfermedad, estén en su lecho de muerte o tengan dolor de cualquier tipo. Debe ser practicada como una meditación formal. La intención es que mandes toda tu compasión y empatía a aquellas personas que lo necesitan.
Usualmente cuando ves que alguien sufre o tiene algún problema, no te tomas el tiempo necesario para empatizar y ver cómo ayudarle. Pero con esta meditación podrás ser mucho más compasivo con las personas que lo necesiten, incluso si eres tú quien necesita un poco de compasión y empatía contigo mismo.
1. Descansa tu mente por 1 segundo o 2 en un estado de apertura o quietud. Esta etapa es tradicionalmente llamada parpadeo en bodhicitta absoluta, corazón-mente despierto, o apertura a la amplitud y claridad básicas.
2. Trabaja con la textura. Inhala sensaciones de calor, oscuridad y pesadez, una sensación de claustrofobia, y exhala sensaciones de frescura, brillo y luz. Inhala completamente y absorbe la energía negativa a través de todos los poros de tu cuerpo. Cuando exhales, irradia energía positiva completamente, a través de todos los poros de tu cuerpo. Hazlo hasta que tu visualización esté sincronizada con tus espiraciones.
3. Enfócate en algo que sea doloroso para ti. Tradicionalmente se practica tonglen para alguien a quien quieras ayudar. Sin embargo, si sientes que no lo puedes hacer, primero comienza contigo y después sigue con los demás.
4. Expande tu compasión. Si concentras tu meditación en una persona, aprovecha esta energía para mandarla a las demás personas que también estén en una situación similar.