En un mundo caótico como el actual, donde todo avanza a prisa y parece no haber tiempo suficiente, parece difícil hacer una pausa y detenerte un momento para darte cuenta de lo que sucede en tu entorno. Con un estilo de vida basado en la carencia de tiempo y viviendo constantemente preocupados por el futuro, parece complicado aplicar la atención plena para poder estar verdaderamente en el aquí y el ahora.
No es necesario que siempre practiques mindfulness sin interrupciones o aislado, como ocurre con la meditación, pues en realidad, lo importante es que lo que haces en soledad (com omeditar, concentrarte en tu respiración, disfrutar realmente del momento o prestar atención a lo que hay a tu alrededor) se traduzca a todo lo que haces en tu día, para que te mantengas presente y vivas más consciente.
A continuación, encuentra algunas sencillas recomendaciones para practicar la consciencia plena a lo largo del día.
Evita que tu celular sea lo primero que ves al despertar. Tener el teléfono móvil en el buró puede ser muy práctico si lo usas como despertador y agenda, pero lo más recomendable es que lo dejes un poco más alejado de tu cama, para evitar caer en la tentación de ponerte a revisarlo en cuanto abres los ojos. Lo ideal es que despiertes con un reloj tradicional y que dejes el celular para más tarde.
Cuando te despiertes, sé consciente de tu respiración. Inhala y exhala profundamente, siente cómo el auire entra y sale de tu cuerpo, cómo tu abdomen se infla y desinfla con cada respiración; y aprovecha ese momento para agradecer por un día más de vida.
Estira tu cuerpo. Durante la noche tu suerpo permanece sin mucho movimiento, por lo que es importante que, antes de salir de la cama, estires tu cuerpo. Luego, al levantarte, realiza algunos estiramientos más antes de iniciar con tus actividades diarias. Estira tus brazos y piernas, tu espalda, el cuello... escucha tu cuerpo y nota qué partesnecesitan especial atención.
Organiza tu día. Ya que qudó claro que el celular debe dejarse para más tarde, es recomendable que uses una agenda tradicional para organizar tu día. Revisa tus pendientes que hayas dejado anotados el día anterior y anota lo nuevo que tengas que hacer durante esa jornada. Aquí es importante priorizar y delegar; no tienes que poder con todo ni hacer todo en un solo día, así que empieza con lo más importante y urgente y organiza para más tarde o para otro día lo que puede esperar.
Sé consciente de tu actividad física. Si sales a caminar, a correr o practicas algún deporte o ejercicio por las mañanas, procura hacerlo de manera consciente. Presta atención a tu respiración, nota cómo cambia mientras realizas un esfuerzo; sé consciente también de los latidos de tu corazón, que se aceleran mientras estás en movimiento. Siente el calor que genera en tu cuerpo elejercicio, nota el esfuerzo conjunto de tu cuerpo y de cada uno de los músculos que utilizas en cada movimiento. Piensa en ese momento como un regalo de ti para ti, como una forma en la que estás cuidando tu bienestar y tu salud en todos los niveles.
Disfruta de tu baño. Nos hemos acostumbrado a bañarnos a las prisas, que muchas veces ni siquiera nos detenemos a difrutar del momento relajante que significa ducharse. Y sí, es cierto que debemos bañarnos en pocos minutos para evitar el desperdicio de agua, pero eso no impide aplicar la atención plena mientras estás bajo la regadera. Permítete sentir la frescura o la tibieza del agua por tu piel, al igual que la textura de tu esponja de baño y el jabón, da un suave masaje en tu cuero cabelludo al aplicar el champú y por todo tu cuerpo al limpiar tu piel. Disfruta de los aromas de los productos de limpieza que utilizas y deja que la sensación cálida del baño te relaje, o te llene de energía si eres de quienes prefieren los baños con agua fría.
Disfruta cada bocado del desayuno y todas tus comidas. Comer de forma consciente no solamente aplica para cuando comienzas el día, sino que es importante que a la hora de comer no tengas ninguna distracción, para que así puedas asimilar de mejor forma los alimentos. La hora de consumir tus alimentos es un gran momento para aplicar la atención plena, porque puedes disfrutar desde cómo se ven tus alimentos, hasta su aroma, sabor y textura. Procura o hacer otras cosas mientras comes y dedíacte a disfrutar de cada bocado, además de agradecer a la vida, al universo o al ser superior en el que creas por tener comida para alimentarte.
Sé consciente de tu entorno en tus trayectos. Cuando caminas, vas en el auto o en el transporte público, muy pocas veces te das cuenta de lo que pasa a tu alrededor. La mayoría de las personas casi siempre están atentas al celular, llevan audífonos o van inmersos sus mentes, dando vueltas a sus problemas. Sin embargo, es importante que notes la presencia de los demás, respetes su espacio vital y también estés al tanto de lo que ocurre, tanto para disfrutar de lo agradable que hay en tu entorno como para estar alerta a cualquier riesgo o peligro (por ejemplo, prevenir accidentes al cruzar la calle, o evitar chocar con algo o alguien por caminar sin poner atención).
Escucha lo que dicen los demás. ¿Cuántas veces, en medio de una conversación, estás más al pendiente del celular o preocupado por tus cosas, que por lo que dice la otra persona? Esto le pasa a muchos, y si a ti también te sucede, lo importante es que te des cuenta de que realmente no pones atención. La próxima vez que platiques con alguien, recuerda dedicar toda tu atención a lo que dice la otra persona.
Escribe un diario. Llevar un diario es una buena manera de tener presentes las cosas importantes (para ti) que pasan en tus días. No tiene que tratarse de grandes acontecimientos, sino de esas cosas cotidianas que provocan algo en ti. Tú decides si quieres hacer un diario con todo tipo de sucesos, sean buenos o malos, o si prefieres llevar un diario de gratitud y sólo anotar aquellas cosas que te hicieron sentir feliz y agraddecido cada día.
Si deseas profundizar en la práctica de la atención plena y realizar actividades específicas que contribuyan a tu crecimiento espiritual, una buena opción es participar en un retiro espiritual, donde puedes desconectarte de todo para conectar contigo, con el universo o el ser superior en el que creas y con el poder de la naturaleza.
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Y tú, ¿cómo practicas la atención plena?
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