El término de un año y el inicio de uno nuevo simbolizan un momento propicio para dejar el pasado atrás, con la esperanza de un nuevo y mejor comienzo.
Durante diciembre, muchas personas suelen hacer un balance de lo que ha significado este período en sus vidas: los momentos buenos y malos, los obstáculos enfrentados y superados, los cambios que se han dado, etcétera.
Así, el último mes del año se convierte en el mejor momento para agradecer por todo lo bueno que ocurrió durante los meses anteriores y también para aceptar lo negativo, aprender de ello y dejarlo ir. Asimismo, es una temporada propicia para reconocer los errores cometidos y enmendarlos o pedir perdón a quien sea necesario.
Todo esto tiene que ver con el concepto de “cerrar ciclos”, que se refiere a dar por concluidos los distintos procesos que suceden a lo largo de la vida, de modo que los sucesos pasados no afecten tu vida presente.
Por ejemplo, si este año tuviste una pérdida importante o si alguien hizo algo que te causó dolor, y lo tienes tan presente que basta recordarlo para que vuelvas a sufrir, es momento de liberar esas emociones y cerrar el capítulo de cada uno de esos hechos.
Para lograrlo, es necesario que reconozcas y aceptes las emociones que esas situaciones provocan en ti para que puedas procesarlas y dejarlas ir. Aprende a soltar el rencor, a perdonar y pon en práctica el desapego para dejar ir. Así, la energía fluirá mejor en tu vida y podrás iniciar el nuevo año con la pila recargada.
Al cerrar ciclos te liberas del lastre de las emociones negativas, que te mantienen estancado y dificultan tu avance en la vida. Al hacerlo, puedes vivir más ligero, tienes espacio energético para recibir nuevas experiencias y permites que la energía positiva fluya a tu alrededor para volver a ser feliz.
Aunque lo más importante a la hora de cerrar ciclos es que tengas la voluntad de hacerlo y que estés dispuesto a perdonar, superar, sanar heridas y dejar el pasado atrás, existen rituales que te pueden ayudar a hacer más tangible ese cierre de ciclos y a darles un mayor simbolismo.
Para realizar el ritual que te proponemos necesitas papel, lápiz y una vela, de preferencia blanca o morada, ya que el blanco simboliza la luz y la pureza y el morado se relaciona con los procesos de transformación y renovación. Adicionalmente y si cuentas con ellos, puedes elegir un cristal, cuarzo o piedra que te acompañe durante el proceso. Si tienes varios, elige el que sientas que vibra mejor con tu intención en ese momento.
Para empezar, cierra los ojos y realiza algunas respiraciones profundas y conscientes, o si lo deseas, puedes hacer una breve meditación. Esto te ayuda a liberar estrés y preocupaciones, para mantener tu energía equilibrada durante el ritual.
Enseguida, enciende la vela. Visualiza la llama como una energía que transforma la vibra del lugar en el que te encuentras y que, al mismo tiempo, te protege y te ayuda a centrarte en tu objetivo.
Después, toma la hoja y córtala en tres partes iguales. En la primera escribe: “lo difícil de este año”, y haz una lista de las situaciones negativas o adversas que te ocasionaron problemas los meses previos; en la segunda: “lo que quiero agradecer de este año”, y anota todo lo bueno que pasó, todo aquello por lo que el año ha valido la pena; y en la tercera “lo que quiero soltar de este año”, y aquí va todo lo que implica un ciclo por cerrar, todo lo que es momento de dejar ir para estar en paz.
Es muy importante que seas totalmente honesto contigo mismo mientras escribes. Cuando termines con tus tres listas, lee todo lo que escribiste en ellas. Si lo prefieres, puedes hacerlo en voz alta para ayudar a liberar los mensajes de una manera más efectiva.
Ahora, quema los fragmentos de hoja en los que escribiste lo difícil del año y lo que quieres soltar. Piensa que ese acto simbólico de quemarlos representa el cierre de cada uno de esos ciclos y la liberación de las emociones que habían desencadenado en ti hasta ese momento.
Luego, guarda la parte que queda, la que incluye todo lo positivo que ha tenido el año, para que tengas presentes las bendicones que recibiste. Para finalizar el ritual, puedes hacer otra meditación breve o algunas respiraciones profundas y conscientes. Mientras lo haces, visualiza que todo lo que tenía que irse de este ciclo que cierras se va en armonía.
Por último, agradece por el proceso que acabas de realizar, por los ciclos que has cerrado y por la oportunidad de empezar un nuevo ciclo con energía renovada.
¿Conoces otras formas de cerrar ciclos o algún ritual para terminar el año? Puedes compartirlos en los comentarios.