La noche del 21 de diciembre será la más oscura en el hemisferio norte, el Sol se aleja para dar paso a la temporada invernal y, como todo evento astronómico, abre una oportunidad para conectar energéticamente con ciertas intenciones.
Desde hace milenios, el solsticio ha sido una ocasión propicia para diversos rituales y supersticiones. Casi todos coinciden en que marca un momento de introspección para renovar aquello que implica oscuridad en nuestra vida.
De eso se trata la meditación que te comparto a continuación:
1. Siéntate en una postura cómoda, de preferencia con las piernas cruzadas pero si eso te molesta puedes extenderlas. Lo mismo con tu espalda, busca que esté erguida y si lo requieres acércate a una pared.
2. Apaga la luz y cierra los ojos, siente el ritmo de tu respiración y fíjate que ocurra solamente por la nariz.
3. Deja que ese ritmo te relaje y percibe desde ahí la oscuridad del ambiente. Piensa entonces en aquello que genera sombras en tu vida.
4. Sombras que bloqueen el paso de la luz en el sentido de que afecten tu tranquilidad y bienestar. Pueden ser emociones, patrones, ideas o incluso personas.
5. Recuerda que no puede haber luz sin oscuridad, es el contraste entre ellas lo que las hace existir.
6. Visualiza esas sombras disolverse en luminosidad. Elige qué puedes hacer tú para que así suceda. Quizá soltar, tal vez cambiar alguna actitud o enfoque.
7. Cualquiera que sea tu intención, guárdala en tu mente y corazón. Ahí reposará, madurará y se concretará durante esta temporada. Porque esta meditación es apenas el inicio del proceso.
8. Cierra con una reverencia a la oportunidad que tuviste de apreciar tus sombras.
NAMASTE