¿Te has preguntado qué sucede al morir? ¿Habrá algo más allá de esta vida, o lo que hay aquí es lo único? Estas preguntas han inquietado a la humanidad desde épocas antiguas y, por ejemplo, las religiones se basan en la creencia de que sí hay algo más después de la muerte.
Seguramente en algunas películas, programas de televisión y hasta caricaturas has visto que se representa el momento de la transición de la vida a la muerte como el paso a través de un túnel, al final del cual aparece una luz resplandeciente.
Pero esa famosa luz al final del túnel no está sólo en la ficción, porque la mayoría de las personas que han tenido experiencias cercanas a la muerte y que han compartido sus vivencias dicen haber experimentado algo muy similar a eso.
Los testimonios de quienes han vivido ese tipo de experiencias comparten algunos patrones que pueden dar algunas pistas de lo que sucede después de morir. Una las cosas en común en quienes han tenido experiencias cercanas a la muerte es precisamente que han visto esa luz.
Al respecto, el doctor Bruce Greyson, profesor de psiquiatría y ciencias neuroconductuales, quien además es el principal experto mundial en experiencias cercanas a la muerte y autor de After: A Doctor Explores What Near-Death Experiences Reveal About Life and Beyond, afirma lo siguiente:
Cuando hablas con personas que han tenido experiencias cercanas a la muerte y les preguntas: "¿Qué te pasó?", lo primero que dicen es: "Bueno, no hay palabras para expresarlo. Realmente no puedo describirlo". Las preguntas que surgen con la experiencia cercana a la muerte probablemente no se puedan responder con nuestro lenguaje limitado y nuestra lógica limitada... En otras palabras: "ver la luz" es un sentimiento que realmente no se puede explicar.
Entonces, ¿la gente realmente ve la luz? De acuerdo con Greyson, las personas que regresan de experiencias cercanas a la muerte sienten lo que él llama "una abrumadora sensación de paz y bienestar" que los rodea por completo.
En muchos casos no se trata de una luz real como la que irradian los focos o el sol, sino de una luz que proviene de algo que muchas personas describen como una entidad viviente que irradia un tremendo amor, aceptación y calidez. Se sienten envueltos por ella, impregna su ser y no saben cómo llamarlo, así que simplemente lo nombran "la luz".
Sin embargo, Greyson también dice que algunas personas ven un rayo de luz física en el otro lado del túnel que sienten que cruzan: "La gente también habla de ser empujada por un túnel a una velocidad vertiginosa hacia una luz brillante; y si bien esto puede sonar aterrador, para muchos al dejar de lado su deseo de controlar lo que pasaba se volvió algo bastante feliz".
Lo que resulta común en ambos casos, tanto con la luz que proviene de una presencia llena de paz como con la que aparece al final del túnel, es que en las dos experiencias esa luz se asocia con positividad y calidez, así como con sensaciones positivas como la felicidad y la tranquilidad.
Greyson dice que tal vez por eso, las personas que viven experiencias cercanas a la muerte normalmente regresan con menos miedo a ella: "La gente de todo el mundo que lo ha sentido dice que la experiencia cercana a la muerte te lleva a un lugar que no es algo que temer".
Greyson plantea que "ver la luz" puede ser una experiencia profundamente conmovedora, asociada con la paz y la tranquilidad: "No es sólo un rayo de luz solar o una bombilla eléctrica; aunque algunas personas ven ese brillo, se trata más de la sensación de la luz en sí misma: calidez, positividad y libertad".
Estadísticamente, la mayoría de de la gente no vivirá una experiencia cercana la muerte pues, según Greyson, sólo le sucede a aproximadamente el 5% de la población en general. No obstante, es posible aprender de las experiencias de esos individuos para dejar de ver la muerte como un momento al que hay que temerle.
Hay que dejar de vivir esquivando la muerte y tratando de huir de ella, para empezar a comprenderla y verla como un instante de transición en el que la energía que cada persona se unirá con el universo. Y, desde las creencias personales de cada quien, dar lugar a la esperanza de que si hay algo después, seguro es algo hermoso y lleno de felicidad y paz, por lo que no hay que tener miedo.
En lugar de temer a la muerte, lo mejor es empezar a disfrutar la vida y atesorar instantes valiosos y felices para que, cuando llegue ese momento de trascender, la experiencia de "la luz" sea aún más pacífica, llena de tranquilidad y plenitud por haber aprovechado y gozado la vida al máximo.
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