El yoga es una de las disciplinas que más se practican en casa, puesto que no son necesarias grandes explanadas, máquinas de entrenamiento, ni equipos de personas para realizarla. Sin embargo, por estas mismas razenes, al no tener un instructor presente, es usual cometer varios errores que interfieren con la correcta práctica y que incluso podrían ocasionar lesiones. Estos son los cuatro errores más comunes para que intentes evitar:
1) Omitir posturas difíciles. Una de las formas en las que más se desaprovecha la rutina de yoga es cuando se quitan ciertas posturas por su complejidad o porque sencillamente se creen prescindibles. Al no tener el apoyo de un maestro que guíe o proporcione la confianza necesaria, se vuelve muy fácil no hacer lo que parece difícil, y por lo tanto, no realizar las sesiones completas. ¿Cómo podría evitarse esto? De vez en cuando es importante asistir a una sesión con instructores que muestren la mejor manera de realizar esas posiciones de mayor complejidad. Además, siempre hay variaciones de acuerdo a las posibilidades de tu cuerpo. Otra opción es practicar yoga en compañía de tu pareja, de un amigo o un familiar, para que entre ambos se den confianza y el apoyo necesario en caso de requerirlo.
2) No enfocarse en la alineación del cuerpo. Por el mismo motivo que el punto anterior, al no tener un maestro que supervise los movimientos y posturas, es fácil no verificar la correcta alineación del cuerpo durante la secuencia. Esto puede significar un grave problema, ya que muchas posturas dependen de que las extremidades, el cuello o la columna estén debidamente alineados para no ocasionar lesiones. Si te resulta complicado asistir a sesiones de yoga en grupo y con instructor, una buena alternativa es buscar videos por internet donde se muestre detalladamente la correcta alineación que debes procurar en cada postura de yoga que realices. Lo más importante a considerar es: si tienes dudas sobre si estás colocado de la manera adecuada, mejor espera a corroborarlo con un experto. No te lastimes.
3) Acortar o prolongar el Savasana. Savasana es una de las posturas principales de yoga para descansar, restaurar y relajar profundamente el cuerpo mediante una recarga energética. Consiste en permanecer acostado de espaldas con las piernas y brazos ligeramente separados y los músculos relajados. Las palmas apuntan hacia arriba y los ojos permanecen cerrados durante los cinco u ocho minutos que dura en promedio esta postura final. Por obvias razones, al hacerla en solitario la noción de ese tiempo puede alterarse y puedes llegar a sostener menos o más de los minutos indicados para la restauración ideal. Un buen método para evitar esto es programar una alarma en el despertador o, en todo caso, en el celular. De este modo, los minutos estarán controlados.
4) Distracción con el celular. Al estar en casa, rodeado de todas tus cosas cotidianas, es muy común que existan distracciones, desde el timbre de la puerta o algún pendiente que hayas pasado por alto y que creas poder resolver si interrumpes un par de minutos tu rutina, hasta la más usual de todas, que es el celular. Ya sea porque entra una llamada o llega un mensaje, o simplemente porque la curiosidad de revisar una red social es grande, la sesión de yoga puede acortarse. Para evitar este problema de desconcentración, lo mejor será poner en silencio o apagar el celular durante el tiempo que dure la práctica. Esta sencilla acción evitará cortar de tajo una postura o un momento de meditación importante.
Como puedes ver, existe una solución para cada una de las situaciones que pueden interferir en la rutina casera de yoga. Lo que hay que recordar es que la disciplina y el cuidado personal son los pilares fundamentales para hacer de las sesiones domésticas una experiencia saludable y amena.