Si piensas en yoga, ¿qué es lo primero que te viene a la mente? ¿Personas paradas de cabeza o alguna postura que se ve extremadamente difícil? Si bien esto también es parte de lo que hoy en día se conoce como yoga, existe un lado espiritual de la práctica que en occidente se ha olvidado un poco.

Patanjali decribió los ocho senderos del yoga en los Yoga-sutras. De hecho, las asanas son el tercero de estos escalones, así que antes de todo lo físico está el trabajo espiritual y personal, que por supuesto también se refuerza con las posturas. Los yamas son el primer escalón de todo lo que conlleva practicar yoga, son en total cinco y se refieren a las reglas éticas para la práctica del yoga. Son mandamientos que se deben cumplir para poder decir que realmente estás comprometido con la practica.

El primero de estos yamas es ahimsa, que se traduce como no violencia, es decir, no hacer daño (de pensamiento o físico) a los demás ni a uno mismo.

¿Cómo cultivar ahimsa en tu vida diaria?

• Sé agradecido con lo que tienes, con tu familia y las personas que te rodean.
• Trata de no criticar a los demás ni a ti mismo. Tú tienes tu camino, los demás el suyo; respétalos ambos.
• Haz una lista diaria de gratitud. Piensa en cinco cosas por las cuales estás agradecido.
• Ten conciencia de lo que comes. Recuerda que todo lo que ingieres te afecta de una manera u otra.
• Ten consciencia de lo que piensas, dices y haces. Ten respeto por ti mismo y por los demás.
• Duerme bien. Deja que tu cuerpo descanse y pueda recargar energía.

¿Tienes alguna otra recomendación para practicar ahimsa?