El yoga ha existido desde hace miles de años. Aunque actualmente se le conoce más por las posturas complicadas y el ejercicio extenuante, lo importante de esta práctica es todo lo que sucede en los niveles espiritual y mental. Se ha comprobado que practicar yoga no solamente tiene benficios físicos. sino que incluso se generan cambios en la estructura celular.
Por ejemplo, en cuanto a la meditación (una de las partes más importantes en yoga), se ha comprobado que mientras más la practicas tu cerebro crea más materia gris, misma que se encarga del control muscular, la memoria, las emociones, el habla, el autocontrol y la toma de decisiones.
Si has asistido a alguna clase de yoga, puede que te hayas dado cuenta de que muchas personas buscan ir más allá de sus límites sanos, y si bien es bueno que te exijas un poco, también es muy importante reconocer cómo te sientes, no solamente hacer por hacer.
Cuando alguien sufre de alguna adicción, sea cual sea, lo más importante es siempre ver a la persona como un todo, no como alguien que tiene una adicción, y tratarla igual que a las otras personas con el mismo desorden. La razón por la que alguien pueda llegar a caer en eso es sumamente personal.
Johann Hari, un escritor y periodista suizo, se dedicó a investigar más acerca de las adicciones, la depresión, la ansiedad y todos esos desórdenes mentales que hoy en día parecen muy comunes. Él mismo tuvo depresión, lo medicaron y no se resolvió nada; lo que sí ocurrió fue que se interesó por conocer más acerca de todo lo que le pasaba, para poder investigarlo y dar a conocer su perspectiva de las cosas.
Su trabajo de investigación involucró a cientos de personas: neurocientíficos, psicólogos, monjes e inclusive una comunidad Amish, ya que son personas con índices bajísimos de depresión. Los Amish son un grupo etno-religioso protestante, que surgió dentro de la llamada reforma radical y se mantienen en un régimen congregacionalista puro, habitan en áreas rurales y rechazan cualquier progreso que se aparte de su ideal de vida sencilla.
Después de todas sus investigaciones, Hari se dio cuenta de que una de las grandes causas de las adicciones y de desórdenes como la depresión y la ansiedad puede estar relacionada con una falta de conexión real con los demás. Por supuesto que cada quien es diferente, así que siempre es importante buscar varias opiniones al respecto y respetar a tu cuerpo al decidir cómo te vas a tratar y así elegir lo que quieres realmente.
En Occidente se le ha dado un enfoque muy físico al yoga, pero las raíces del yoga requieren mucha prática espiritual, un gran trabajo de autoconocimiento y de descubrir cosas que quizá no quieres darte cuenta de que existen pero que es importante que reconozcas para poder trabajar con ellas. En diversos estudios científicos también se ha comprobado que el yoga y el mindfulness pueden ser utilizados como una herramienta más para tratar adicciones.
La premisa es la unión de mente, cuerpo y respiración. Una vez que lo logras se dice que llegas a samadhi, el nivel de conciencia más alto, pero para esto se requiere de muchísima preparación.
Si tomas en cuenta lo que dice Hari sobre cómo la falta de conexión real es una de las causas de las adicciones, entonces podrás ver cómo el yoga te ayudará con esto, ya que no solamente vas a generar una conexión mayor y real con las demás personas sino también contigo mismo.
Una conexión real contigo porque llegas a conocer mejor tu cuerpo y tu mente mediante la respiración y las asanas (posturas). Un vínculo verdadero con los demás porque, si tomas en cuenta todo lo que se requiere para el yoga (la no violencia, el respeto, la tolerancia, la confianza en los demás, etéctera) y lo llevas a cabo, entonces podrás crear lazos personales mucho más fuertes y duraderos.
Es importante que siempre consultes con tu médico cuál es la mejor forma de tratamiento y si quieres intentar agregar yoga, recuerda elegir el tipo de práctica que más te guste y donde te sientas cómodo. Practicar yoga no se trata de sufrir y de lastimar a tu cuerpo, sino todo lo contrario. El yoga te ayuda a conocer a tu verdadero ser mediante el respeto y la confianza en ti mismo.
Matsyasana, la postura del pez
En los textos antiguos se decía que esta asana es la destructora de todas las enfermedades. Es una postura perfecta para estirar la vértebra torácica, los hombros, la espalda alta y trabajar con el chakra anahata (corazón).
1. Comienza en la espalda sobre el piso, las piernas extendidas y tus pies juntos.
2. Levanta el pecho, los hombros y descansa sobre los antebrazos; las palmas de las manos permanecen planas.
3. Comienza a mover las caderas más cerca de los codos para crear una curva en tu columna vertebral y permitir que la coronilla de la cabeza descanse sobre el tapete. Puedes también poner un bloque de yoga o una cobija debajo de tu coronilla si tienes problemas en cervicales o cualquier dolor en el cuello.
4. Levanta la cadera y coloca las dos manos debajo de ella, una de cada lado.
5. Permanece así de 5 a 10 respiraciones completas.
Malasana, la postura de la guirnalda
Esta asana es perfecta para sentir una conexión con la tierra, ya que trabaja directamente con tu chakra muladhara (raíz), mismo que se encarga de la conexión con tu cuerpo físico y con la tierra.
1. Párate derecho con los pies a lo ancho de la cadera.
2. Poco a poco baja tus glúteos sin curvear tu espalda, como si hicieras una sentadilla.
3. Si tus talones se despegan, puedes quedarte así o poner un bloque debajo de tus glúteos para tener más soporte.
4. Permanece así de 5 a 10 respiraciones completas.
Viparita Karani, piernas estiradas sobre la pared
Es una postura increíble para encontrar relajación en la mente y rejuvenecer el cuerpo. Pasar tiempo así aumenta la circulación y ayuda a aliviar la ansiedad y la depresión.
1. Comienza en posición fetal, con la cadera lo más cerca posible de la pared.
2. Deslízate suavemente sobre tu espalda y extiende tus piernas hacia arriba para apoyar la parte posterior de sus muslos en la pared.
3. Si te parece más cómodo, puedes ajustar tu cadera más cerca de la pared.
4. Extiende los brazos a los lados o en forma de cáctus.
5. Quédate así de 5 a 10 minutos.
Y tú, ¿conoces algún otro método natural para combatir las adicciones?