La parte alta de tu espalda es muy propensa a tener contracturas o dolores, ya sea por una mala postura, por lesiones pasadas, por estar siempre sentado o incluso por todo el estrés acumulado. Esta área se encuentra entre la base de tu cuello y la última parte de tus costillas. Hay 12 huesos que la conforman y medicamente se le conoce como espina torácica.
Además, la posición en la que duermes, la almohada y el colchón que utilizas también tienen mucho que ver con que tu espalda esté lo más cómoda posible. Es importante que tengas esto en mente a la hora de elegir tus aditamentos para dormir, ya que una mala elección podría poner un estrés extra en tu espalda.
El yoga te puede ayudar a aliviar el dolor en la espalda, ya que podrás estirar todo tu cuerpo y poner atención en áreas específicas, en este caso tu espalda alta. Puedes probar con estas asanas y practicarlas por la mañana o en la noche para que relajes tus músculos.
Además de trabajar con tu chakra del corazón, esta es una de las posturas perfectas para abrir todo tu pecho y relajar los hombros, los omoplatos, los hombros y toda la espalda alta.
1. Comienza en una postura de mesa: rodillas debajo de tus caderas y muñecas debajo de los hombros.
2. Deja tus caderas donde están y solamente mueve tus manos hacia enfrente, que tus codos queden donde estaban tus manos y baja tu pecho al mat.
3. Siente cómo se estiran tus laterales, hombros y pecho. Mantente así durante ocho respiraciones.
Esta asana te ayudará a liberar la tensión de los romboides, trapecios y hombros. Es un estiramiento profundo y si lo haces de forma constante, te servirá para liberar toda la tensión acumulada.
1. Comienza en una postura de mesa.
2. Inhala mientras abres tu brazo derecho hacia el cielo.
3. Exhala y lleva ese brazo debajo de tu brazo izquierdo y deja que tu sien también descanse sobre el mat.
4. Mantén durante ocho respiraciones, regresa a la postura inicial y cambia de lado.
1. Comienza en la postura de mesa y lleva tus glúteos hacia los talones. Tus empeines deben estar bien plantados sobre el tapete y si te es posible, debes llevar tu frente al mat.
2. Junta tus pies y abre tus rodillas a lo ancho de tu tapete.
3. Lleva tus manos hacia adelante y estírate lo más que puedas hacia enfrente.
4. Camina tus manos hacia el lado derecho de tu mat y siente cómo se estira todo tu lado izquierdo.
5. Mantén durante cinco respiraciones y cambia de lado.
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