Las fiestas ya quedaron atrás y, con ellas, a veces se van la euforia y la emoción que te impulsa a elegir todo aquello que quieres lograr durante el nuevo ciclo. La verdad es que conforme pasan los días de enero, la realidad te pone a prueba. 

Y tú, ¿ya empezaste a darle vida a tus propósitos? Si no has sabido cómo arrancar o ni siquiera has tenido tiempo para ponerlos en práctica, los siguientes tips te pueden ayudar a ordenar prioridades y lograr lo que decidiste a finales de diciembre.

Establece metas claras

Hacer ejercicio, comer mejor y descansar más son típicos ingredientes de la lista de propósitos cada Año Nuevo. Aunque suenan muy bien, lo cierto es que son tan generales que corren el riesgo de diluirse poco a poco conforme pasa el tiempo. Una buena idea es precisarlos de tal forma que puedas monitorearlos cotidianamente. 

Por ejemplo, en lugar de sólo pensar en hacer ejercicio, podrías definir que le vas a dedicar 15 minutos dos veces a la semana y especificar el tipo de actividad que realizarás: correr, andar en bicicleta, caminar, escaladora, spinning o cualquier otro; o en vez de comer mejor, empieza por lo que más afecte actualmente tu alimentación, quizá dejar el refresco o reducir las porciones de lo que consumes.

Minipropósitos

Ser ambicioso está bien, pero cuando buscas un cambio de hábitos o un logro, percibir avances todo el tiempo es clave para mantener la motivación. Por eso la sugerencia es “desmenuzar” tus propósitos, ya sea por tiempo o por fases. 

Por ejemplo, si te propusiste cambiar de trabajo. En lugar de evaluarlo como exitoso hasta que ya estés en un nuevo lugar, puedes enlistar todo lo que tendrías que hacer para llegar allá: actualizar tu CV, conocer el mercado, checar cada semana la bolsa de trabajo, encontrar con qué amigos podrías hacer alianza para conectar con oportunidades, ensayar para entrevistas. Tú decides los componentes, lo importante es que disfrutes no sólo de la meta sino también del camino, y que celebres cada uno de esos pequeños pero significativos logros.

Sé realista

Esto es obvio, pero hacer una lista de propósitos no es ni de cerca lo mismo que cumplirlos. Para que tu listado no se convierta solamente en buenos deseos, lo que está ahí plasmado necesita estar conectado con tu vida real. 

Para eso, ubica cuánto tiempo puedes dedicarles, qué días, en qué horario es mejor. Haz que funcionen para ti, en lugar de que tú tengas que volverte esclavo de lo que escribiste. Recuerda que emprender un proceso para mejorar es uno de los mejores regalos que puedes darte a ti mismo.

NAMASTE.