El primer trimestre del año es ideal para retomar la salud de tus finanzas. Para lograr un buen balance, necesitarás recortar gastos de cosas innecesarias pero también buscar opciones más económicas de los gastos inevitables. De paso, aprovecha para darle un giro a la dieta.
"Se te quema el dinero en las manos" es una frase común entre los adultos, pero es verdad: apenas unos pesos de más en la bolsa y ya buscas en qué gastarlos. Pero al final del mes, ya rascas de todos lados para encontrar hasta los centavos. Tener una educación financiera es vital, pero no común. Y vaya que es necesaria.
Nunca es tarde para aprender a gastar inteligentemente para ahorrar dinero, en lugar de adquirir cosas que no son necesarias. Es inevitable repartir los billetes, porque hay gastos que no puedes evitar como renta, teléfono, luz, internet, servicios médicos, comida, etcétera. Pero puedes reducir todos los gastos extra con un poco de disciplina, planeación y los consejos de Amber Petty, escritora y experta en presupuestos.
Si no tienes un plan de reducción de gastos, empezarás con buenas intenciones pero terminarás con gastos no contemplados al final del día. Empieza con una lista de tus gastos de la semana pasada, sin contemplar los básicos como comida, transporte o servicios. Te darás cuenta de las fugas de dinero en cosas como el frappuccino o el café que puedes preparar en casa. Si tienes un plan, será más fácil evitar esas tentaciones.
La comida es uno de los gastos más grandes cada mes. Si intentas reducir en esto, primero echa un vistazo al refrigerador y observa qué cosas compras de manera impulsiva y qué es lo que realmente necesitas. No vayas con hambre a hacer las compras; haz una lista de lo que realmente hace falta en la despensa (de hecho, esto le vendrá bien a tu salud y a tu bolsillo). También considera comprar en el tianguis o en el mercado, o si compras en supermercados dale la oportunidad a los que ofrecen los precios más bajos.
No descartes lo congelado y enlatado, es una buena opción. Hay muchos productos en estas presentaciones con buenos ingredientes para ti, como frutas y verduras, a un menor precio. Quizá no te guste la consistencia de las frutas al descongelarse, pero ¿qué te parece usarlas para un smoothie? Agrega unas nueces, yogurt y tendrás un desayuno fresco y ligero.
Compra diversos ingredientes que puedas mezclar en un bowl para hacer comida saludable y fácil de llevar contigo. Si ese es uno de tus mayores filtros de dinero cada semana, no lo pienses dos veces. Prepara una base o dos con pasta, arroz, frijoles; prepara proteína como queso, pollo, atún; una serie de vegetales y otra de semillas. Cada día puedes variar en las mezclas y gastarás menos de la mitad de lo que gastarías por comer fuera (y tu comida será más saludable).
Quizá sea inevitable salir con los amigos; tampoco se trata de sacrificar lo que te hace bien. Pero en lugar de salir a restaurantes o bares, organiza una reunión en casa y que todos lleven algo para compartir. Puedes preparar una pasta y una ensalada, otros pueden llevar vino, e incluso pueden darse el lujo de comer un postre sólo por el placer de compartir.
Las supermercados tienen ofertas todo el tiempo y hay varias maneras de estar enterado de ellas. A través de email, de sus páginas de internet, de sus apps o directo en la tienda mediante folletos. Revisa; tampoco se trata de que compres cosas que no necesitas sólo por encontrarlas a precio bajo, pero quizá entre sus ofertas tengan lo que hace falta en tu despensa a muy buen precio. No dejes de revisar las ofertas en la web, siempre ponen ofertas exclusivas para la plataforma digital.
Date la oportunidad de hacer este ejercicio durante 1 mes. Al siguiente le puede tocar el turno a tu guardarropa para sacar la ropa que ya no utilices y darle oportunidad a lo que tenías guardado, para no comprar más. Después de hacerlo por algunas semanas, será un hábito y una conciencia que harán feliz a tu bolsillo.
Con información de Greatist