¿Qué es lo primero que ves cuando te miras al espejo? ¿En dónde concentras tu atención? ¿En aquello que te gusta o en los que consideras tus defectos? En esta época donde aparentar se ha vuelto mucho más importante que ser, la insatisfacción con nuestro aspecto es una de las principales ataduras que nos impiden crecer y desarrollar todos nuestros talentos y potencial mental y espiritual.
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Reconciliarte con tu cuerpo no sólo te libera de tener que obedecer estándares absurdos diseñados para que vivas siempre preocupado por tu aspecto, sino que libera tu mente de la angustia y te permite amarte a ti mismo de una forma que no creías posible.
Aquí hay cinco mantras para repetir, durante tu meditación o en cualquier momento del día en el que te sientas inseguro, que te ayudarán a hacer las paces con tu cuerpo:
1. Cuerpo, te abrazo porque me sostienes, te amo porque me sostienes.
2. Hay muchos cuerpos pero ninguno como el mío, que es perfecto en su singularidad
3. Mi cuerpo es libre y único y por eso es verdaderamente bello.
4. Me libero de todos los complejos y las imposiciones, me acepto en la belleza de mi individualidad.
5. Elijo amarme y honrarme. Elijo el amor sobre la crítica.
¡Inténtalo!