El cabello, o pelo, es una de las características que más sobresalen en las personas. Podrías pensar en alguien y recordar cómo es su cabello, el color, el largo, el peinado que suele usar. La cabellera tiene una razón: protege el cuero cabelludo del sol y del frío.
Más que peinarlo, pintarlo, cortarlo, debes cuidar tu cabello y observar su estado, ya que es un reflejo de tu salud. Por ejemplo, "el pelo débil, quebradizo, seco y sin brillo natural, nos lleva a pensar que la persona presenta algún tipo de desnutrición, principalmente por deficiencia de proteínas y vitaminas como la B7 (biotina), la cual tienen la función de favorecer el metabolismo de las grasas, las proteínas y los hidratos de carbono", señala el doctor Alberto Molás, miembro del Consejo Consultor de Nutriólogos de Herbalife.
"También la deficiencia de minerales como el zinc se relaciona con tener un cabello fino, aclarado y con la pérdida de mechones, esto es porque el zinc favorece los ciclos de crecimiento del cabello". El especialista agrega que otro mineral cuya deficiencia se vincula con cambios en el color y con caída del cabello es el magnesio, que interviene en la síntesis de proteínas.
"Por último, pero no menos importante, la vitamina A; aunque esta vitamina la relacionamos con la salud visual, el funcionamiento del sistema inmunitario y el estado óptimo de nuestra piel", su deficiencia también está asociada con la pérdida de cabello.
La alimentación es fundamental para una salud en general, y es necesario que se cumpla con los requerimientos de macronutrientes (proteínas, lípidos y carbohidratos) y micronutrientes (vitaminas y minerales); estos últimos se utilizan como cofactores, necesarios para los procesos fisiológicos y bioquímicos de las proteínas. "El cabello está compuesto en parte por proteínas, específicamente por la queratina, que además es uno de los tantos compuestos de la piel y de las uñas", explica el nutriólogo Molás.
La queratina protege y ayuda a que la piel sea firme y elástica, además de contribuir a la regeneración celular y darle protección, brillo y fuerza al cabello. La contaminación, la exposición prolongada a los rayos solares y los malos hábitos higiénicos degradan la queratina, lo que deriva en un aspecto seco y opaco del cabello.
Pero no sólo una mala nutrición arruina el cabello. Existen múltiples factores que pueden propiciar la pérdida de éste; por ejemplo, enfermedades como el hipotiroidismo (en el hombre, debido a la producción de testosterona), tener más de 50 años, el estrés emocional, tratamientos médicos como los quimioterapéuticos y, claro, la mala alimentación, entre otros.
"Si comienzas a notar pérdida repentina y constante de tu cabello acércate con un dermatólogo, quien sabrá diagnosticar y tratar la alopecia, término médico que se utiliza para describir la pérdida anormal de cabello, y además no olvides tener una buena nutrición, esto lo agradecerá tu pelo".
Las vitaminas juegan un papel decisivo en la formación y la calidad de la queratina de nuestro organismo. La vitamina C absorbe numerosos nutrientes que forman parte de la queratina y que estimulan el proceso de crecimiento del cabello. Encontrarás vitamina C en la toronja, la naranja, el limón, el brócoli, la piña, la fresa y la col. Otra vitamina implicada en la generación de queratina es la A, que puedes encontrar en la calabaza, la zanahoria, la espinaca, el pimiento verde y el durazno.
Las vitaminas del grupo B, sobre todo la B6, B12 y la B7 o biotina, forman parte del metabolismo de los aminoácidos que generan la queratina. Por eso es importante tener siempre en tu despensa plátano, nuez, coliflor, cebolla, garbanzo, marisco, trucha y cereales.
Incluir en tu dieta pollo, res (incluidos riñón e hígado) y pescados te ayudará a fabricar queratina. Los productos lácteos bajos en grasa aumentan la producción de queratina, por lo que debes consumir alimentos como leche baja en grasa, queso y yogurt.
No debes olvidar el importante del zinc, el azufre y el hierro en la síntesis de la queratina. El zinc, por ejemplo, facilita el crecimiento y la reparación del pelo y ayuda a mantener en buen estado las glándulas sebáceas que rodean a los folículos pilosos. Por ello también debes incluir huevo, lentejas, soya, crema de cacahuate y germen de trigo en tu dieta.
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