Es muy probable que hayas escuchado hablar del libro Los cuatro acuerdos, escrito por Miguel Ángel Ruiz y basado en la sabiduría de la cultura tolteca, o quizás hayas visto sus frases compartidas en redes sociales.

 

Se trata de un texto muy famoso que cuenta con más de 4 millones de ejemplares vendidos más un gran número de descargas digitales, en el que se encuentran valiosas enseñanzas para vivir y relacionarse mejor en todos los ámbitos: familia, amigos, relaciones, trabajo, abundancia, salud y bienestar en general.

 

Los cuatro acuerdos son:

• Honra tus palabras y sé impecable con ellas.
• No tomes nada como personal.
• No adivines ni hagas suposiciones.
• Haz siempre lo mejor que puedas.

 

Aunque parecen muy sencillos, los cuatro acuerdos que se mencionan en este libro encierran una profunda sabiduría que puedes aplicar en tu vida diaria para comunicarte mejor, comprender a los demás, gestionar tus emociones, dominar tus impulsos y, en general, vivir con más paz, tranquilidad y con mejores relaciones en todos los ámbitos en los que te desenvuelves. 

 

Si te interesa leer el libro, puedes encontrarlo en este enlace.

 

¿Cómo aplicar los 4 acuerdos en tu vida cotidiana?

Primer acuerdo: Honra tus palabras y sé impecable con ellas

Las palabras tienen un gran peso, ya sea que te las digas a ti mismo o a los demás. La palabra es capaz de crear estados de conciencia, los cuales determinan los pensamientos y se manifiestan en actitudes y acciones.

 

Honrar tus palabras y ser impecable con ellas significa que no debes decir cosas que vayan contra tu esencia y tus valores, que siempre debes asumir tu responsabilidad por lo que dices y que debes hacer todo lo posible por canalizar el don de la palabra en forma constructiva y positiva, es decir, usar la palabra para construir, no para destruir.

 

Las palabras siempre van cargadas de significados profundos, por eso debes elegir bien las que usas al hablarte a ti mismo y al dirigirte a los demás. Por ello, debes evitar usar las palabras para entrar en chismes o discusiones sin sentido, y tampoco las uses para agredir, juzgar, criticar ni herir, ni a ti mismo ni a los demás. 

 

Para incorporar la enseñanza de este acuerdo a tu día a día puedes hacer lo siguiente:

• Habla menos y haz más. Demuestra lo que dices con actos, pues las acciones dicen mucho más que las palabras vacías.
• Cumple tus promesas y compromisos; y si no estás dispuesto a hacerlo realmente, mejor no lo digas.
• Cuida también tus pensamientos, pues esa es la forma en la que te hablas a ti mismo.
• Piensa bien antes de hablar. Pregúntate si lo que vas a decir es bueno, necesario y aporta algo; si no, quizás sea mejor callar. 
• En tus relaciones con los demás, trata de escuchar más de lo que hablas y presta atención a lo que se te dice. 
• Evita las palabras hirientes, aunque sean “en broma”, pues no sabes la marca que pueden dejar en quien las escucha.
• Descarta toda comunicación agresiva de tu vida; evita involucrarte en chismes y no difundas rumores.

 

Segundo acuerdo: No tomes nada como personal

Muchas veces, las personas asumen que lo que sucede gira en torno a ellas o que lo que otros dicen va dirigido a ellas y se disgustan o atormentan por ello, cuando la mayoría de las veces no es así, sino que las cosas solamente ocurren. 

 

Una de las lecciones de vida más importantes para vivir en paz es que la gente no hace cosas para afectarte, sino que simplemente hace cosas y tú decides si te afectan o no. A esto se refiere este acuerdo, pues si siempre te tomas todo como personal, nunca estarás tranquilo.

 

Cuando te tomas todo personal, el que está detrás de ello es el ego, que te hace sentir enojo, frustración, y un gran desgaste emocional al intentar luchar contra las opiniones y situaciones del mundo que pueden envenenar tu vida y que te hacen desear tener todo el tiempo la aprobación de los demás.

 

No tomar nada como personal se refiere a que dejes que las situaciones fluyan, que aceptes que no puedes controlar lo que pasa ni lo que hacen los demás sino que solamente tienes el control sobre ti, sobre la forma en que reaccionas ante el entorno y sobre el manejo de tus emociones. Así que no te enganches, respira, respeta las opiniones y formas de ser distintas a las tuyas y sigue tu camino sin enfadarte o sentirte mal por ello.

 

Para incorporar la enseñanza de este acuerdo a tu día a día puedes:

• Aprender de las diferencias con los demás, al respetar las opiniones y formas de ser distintas e integrar lo valioso que haya en ellas.
• Entender que el otro es alguien con sus propios problemas, creencias y dificultades, comprender eso sin juzgar y respetar las diferencias.
• Si algo te molesta, busca el espacio apropiado y exprésalo claramente, desde un lugar compasivo pero firme, sin alterarte y sin ofender al otro.
• No busques imponer tus deseos por sobre las opiniones de los demás.
• Evita vivir desde el ego: aprende acerca de la compasión, la humildad, la escucha consciente, la apertura mental para vivir mejores experiencias. Esto te ayudará a tener más paz en todos los aspectos.
• Deja que el mundo gire y fluya; evita querer tener el control de todo y comprende que lo único que puedes controlar son tus reacciones ante lo que pasa.

 

Tercer acuerdo: no adivines ni hagas suposiciones

Se dice que el ser humano sufre más por lo que se imagina que por lo que realmente sucede. ¿Te ha pasado que supones algo y haces todo un drama y al final las cosas no resultan ser como pensabas? Esto es algo muy común porque, en vez de preguntar para confirmar las cosas, la gente suele hacer películas completas en su cabeza y, peor aún, las suele tomar como verdades absolutas. 

 

Para evitarlo, la próxima vez que tengas alguna duda sobre cierta situación o sobre el comportamiento o actitud de alguien, evita suponer cosas y mejor ve y pregunta directamente para aclarar las dudas que puedas tener. 

 

Para incorporar la enseñanza de este acuerdo a tu día a día puedes hacer lo siguiente:

• Pregunta lo que sea necesario para aclarar tus dudas respecto a cualquier situación.
• Sé paciente, reflexiona y conecta mejor con las demás personas.
• Evita suponer o tratar de adivinar lo que pasa, al aplicar la escucha activa y la comunicación asertiva.
• Gestiona y calma tus emociones antes de actuar impulsivamente.
• No reclames ni te enfades por cosas que no te constan; evita reaccionar antes de saber lo que realmente ha sucedido. 

 

Cuarto acuerdo: Haz siempre lo mejor que puedas

Este acuerdo va muy de la mano con la idea de ser la mejor versión de ti mismo. Pero ojo, no se trata de que busques ser perfecto, porque eso es imposible, nadie lo es; más bien se refiere a que debes dar tu mayor y mejor esfuerzo en cada cosa que hagas, para que el resultado sea el mejor posible. 

 

Se trata de expresar continuamente y en todos los aspectos de la vida tu mayor compromiso hacia la calidad total de tus pensamientos, palabras y acciones. Hacer el máximo esfuerzo es salir de tu zona de confort para ampliar tus horizontes y buscar siempre un crecimiento personal, en favor de ti mismo en primer lugar y de tu entorno como consecuencia.  

 

Todo lo que se requiere de tu lado es que hagas, siempre y en todo momento y lugar, tu máximo esfuerzo, y que tomes la decisión consciente de ser una mejor persona cada día.

 

Para incorporar la enseñanza de este acuerdo a tu día a día puedes hacer esto:

• Da un poco más de ti cada día; esfuérzate en aquellos aspectos que necesitas mejorar.
• Inspírate en las personas cuyos logros admiras, averigua qué hicieron para alcanzarlos y trata de seguir sus pasos. 
• Conversa con personas que sean ejemplares para ti y obtén lo mejor de sus palabras y enseñanzas.
• Elige contenidos (películas, redes sociales, libros, blogs, etcétera) que te inspiren y te alienten a ser mejor.
• Descubre lo que te mueve y motiva para esforzarte por ser mejor en todos los planos de tu vida.