¿Puedes pensar en al menos cinco cosas que forman parte de tu vida diaria y sin las cuales te sentirías incompleto? Es a lo que se llama hábitos. Se dice que toma 21 días crear o dejar un hábito. Pero en realidad depende de ti y de la fuerza de voluntad que tengas para que esto pueda ocurrir.

¿Has escuchado hablar de la frase: "La práctica hace al maestro"? Puede que pienses que esto solamente tiene que ver con actividades como aprender a tocar un instrumento, a pintar o alguna otra actividad creativa; sin embargo, esto también aplica para los pensamientos y los hábitos que creas a lo largo de tu vida. Muchos comienzan desde que eres pequeño, pero conforme pasa el tiempo los puedes modificar. Todo depende del tipo de vida que lleves, de tu propósito en ella y del rumbo al que quieres dirigirla.

Cuando quieres lograr algo, uno de los problemas que suelen presentarse es que tu enfoque está más en el producto final que en el camino hacia él. Lo importante es, justamente, poder disfrutar de ese recorrido, el cual, en muchas ocasiones, te deja muchos más aprendizajes que llegar a la meta final.

Thomas M. Sterner, autor del libro The practicing mind, developing focus and discipline in your life, se dedicó a estudiar la filosofía occidental y oriental para entender cómo es que funciona el cerebro respecto a la práctica para desarrollar disciplina. Gran parte de su influencia fue su bagaje como músico de jazz, ya que quería comprender cómo es que funcionan los hábitos.

Cuando quieres lograr algo en tu vida, tal vez lo que más trabajo te cueste entender es que se necesita mucha práctica, paciencia y disciplina para que se cumpla.

El fin de Sterner en este libro es brindar las herramientas necesarias para que puedas aplicarlas en tu vida diaria y puedas mantener esa disciplina siempre. Él dice que debes ser un observador de tus actos, de forma reflexiva. Es decir, experimentar y vivir realmente los momentos presentes. Cuando llevas tu atención plena a todo lo que haces puedes convertirte en tu propio instructor, al darte cuenta de lo que haces bien y mal para modificar lo que sea necesario.

Sterner explica cuatro herramientas que te pueden servir para cultivar esa disciplina y enfoque:

Simplificar. Cuando descompones una tarea en partes, todo es mucho más sencillo. Para empezar, establece objetivos claros y reales, y evita aquellos que pueden ser irreales, ya que serán los detonantes de la frustración. Siempre tienes que intentar ser lo más real y honesto posible con lo que quieres y cómo lo vas a conseguir.

Seccionar. Relacionado con el punto anterior, este se refiere a la capacidad que tiene tu mente para concentrarse mucho mejor cuando divides algo en partes. Y es importante que lo apliques incluso en las cosas más "simples" de tu vida. Al hacerlo, te darás cuenta de que ese diálogo interno del "No se puede" desaparecerá poco a poco.

Empequeñecer. Suele pasar que cuando quieres lograr algo le inviertes demasiado tiempo, piensas continuamente en ello y todos tus esfuerzos se dirigen hacia ese fin. A veces, esto puede resultar contraproducente. Ten presente que la concentración plena durante períodos cortos suele llevar a un mejor resultado.

Tener paciencia. Aunque suene repetitivo, es muy importante que ante todo tengas paciencia: contigo mismo, con los demás y con el proceso.

Al leer este libro, te acordarás de cosas que muchas veces olvidas en tu día a día. Sterner te recordará la importancia que tienen la disciplina, la paciencia y el aprendizaje.

Bien dicen que el conocimiento es la mejor herramienta que puedes tener en la vida. Así que lo más importante es que aprendas del camino; puede que llegues o no a la meta, pero lo que sí es seguro es que si lo vives con conciencia plena, aprenderás muchísimas cosas de ti mismo y de la vida.