La vida nunca será perfecta y a lo largo del camino te encontrarás con obstáculos, tiempos difíciles y situaciones adversas. Eso es inevitable y no lo puedes controlar, pero lo que sí puedes modificar es la forma en que reaccionas ante ello.
Si aprendes a verlas como lecciones, las dificultades te darán la oportunidad de aprender de ellas y resurgir con más fuerza. En psicología, esto se conoce como resiliencia emocional o psicológica, y te ayuda a enfrentar las adversidades de mejor manera, a superar los obstáculos y a responder mejor ante el estrés, el cambio y la adversidad.
Aunque esta siempre ha sido una cualidad muy valiosa, cuando el mundo vive circunstancias tan adversas como las que ha ocasionado la actual pandemia, la resiliencia emocional se vuelve más esencial que nunca.
Así que si quieres saber si la posees o quieres empezar a ponerla en práctica, pon atención a los siguientes tres rasgos que tienen en común las personas resilientes.
¿Qué es exactamente lo que hace que alguien sea emocionalmente resistente frente a las dificultades? Al final, todo se reduce al significado que puedes darle a la situación. Lo que hace o deshace a una persona es la forma en que procesa el evento y su capacidad para darle sentido a todo.
Esto no quiere decir que estés "feliz" por todo lo que te pase aunque sea algo malo, sino que evitas agobiarte por ello, sobre todo cuando se trata de algo que está fuera de tu control.
Un ejemplo muy claro es la pandemia; no es algo que puedas cambiar o controlar, así que no ganas nada con preocuparte y vivir con miedo, ni con enojarte o sentirte frustrado. Debes comprender que fue algo que pasó, que nadie se esperaba y que nadie imaginaba que llegaría a estas dimensiones. Así que por más que sientas molestia, temor o te abrumes con ello, eso no hará que la pandemia se detenga.
Lo que sí puedes y debes hacer es cuidar tu salud (física, mental y emocional) y seguir las medidas preventivas que se han recomendado, tomar las cosas con calma y mantenerte bien informado. Eso es entender que no puedes cambiar lo que pasa, pero sí darle un significado y ajustar tus acciones para manejarlo y superarlo.
A partir de ahí, puedes recibir las lecciones que te presente la situación y comenzar a reconstruir. Eso es lo que hace alguien resiliente.
Un punto muy importante para lograr la resiliencia emocional es cultivar el llamado capital psicológico, es decir tu fuerza mental, saber quién eres, reunir tus fortalezas y usar eso para enfrentar las adversidades. Frente al cambio externo, mantenerse fiel a esa brújula interna es esencial.
Por supuesto, saber quién eres realmente requiere algo de trabajo, y el proceso de descubrimiento será diferente para todos. Pero, en pocas palabras, el capital psicológico se trata de cualquier cosa que te ayude a fomentar tu propio sentido de fuerza interior y la fe en ti mismo.
Para algunos, la meditación puede ofrecer esa fuerza interior a través de la paz y el autoconocimiento; mientras que para otros puede encontrarse en una conexión con la religión o la espiritualidad, al tener un ancla que mantiene la esperanza; y para algunos más, esa fuerza interior surge cuando practican alguna actividad que requiera un esfuerzo personal en todos los niveles, como un deporte, pues cada vez que alcanzan y superan un objetivo se sienten poderosos e invencibles.
La resiliencia emocional no siempre es algo natural. A menudo necesita tiempo para cultivarse, al igual que la fuerza interior. Pero cuando eres capaz de encontrar el significado y las enseñanzas de los momentos más difíciles, así como encontrar el lugar de la fuerza inquebrantable en tu interior, no hay desafío que no puedas superar con el tiempo.
Para llegar a ese estado de fortaleza interna, es necesario que seas paciente y compasivo contigo a lo largo del proceso. No te juzgues, no te exijas de más, permítete ser vulnerable y reconoce que a veces necesitas ayuda y apoyo. Y sé consciente de que no siempre te saldrá a la primera y que a veces te será difícil hallar esa fuerza interna, recuperar tu equilibrio y reencontrarte con tu paz interior; pero que sea difícil no significa que no puedas hacerlo, simplemente requieres tiempo, paciencia y constancia.
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