El próximo 21 de diciembre tendrá lugar el solsticio de invierno en el hemisferio norte. Este día determina el inicio del invierno y es, además, el día más corto del año. La razón de ello es que el Sol alcanza su máxima declinación al sur y su altura máxima al mediodía es muy baja, es decir, parece no moverse mucho en relación con el horizonte. De hecho, de ahí proviene el nombre de solsticio que en latín (solstitium) significa sol quieto.
El solsticio de invierno en la antigüedad
Muchas religiones consideraban al Sol como el símbolo de la deidad suprema. Cada día, éste descendía al inframundo para renacer victorioso y marcar el triunfo de la luz sobre las fuerzas de las tinieblas. Asimismo, se le veía como íntimamente unido a la vida del hombre y la naturaleza. Por eso, conforme el Sol enfrentaba vicisitudes a lo largo del año e iba perdiendo fuerza y luminosidad con el paso de los meses, la naturaleza iba a su vez perdiendo su capacidad de sobrevivir.
Con la aparición del cristianismo, las fiestas realizadas con relación al solsticio de invierno se sustituyeron por la celebración del nacimiento de Jesucristo –lo que conocemos como Navidad– pues fue ésta la manera que se encontró de sustituir las fiestas consideradas como paganas con rituales eclesiásticos. Luego, en el año 354 se trasladó la Navidad al 25 de diciembre, fecha en la que finalizaban las Fiestas Saturnales que celebraban el nacimiento del Sol. También la fecha coincidía con el día en que los persas celebraban el nacimiento de la divinidad Mitra y los egipcios conmemoraban el nacimiento del dios Horus.
Por otra parte, incluso en la actualidad, en China se celebra un festival de solsticio de invierno relacionado con el equilibrio y la armonía en el cosmos (el Yin y el Yang). En este país se considera que, a partir de esta festividad, comenzará a haber días con más horas de luz natural, lo que incrementará el flujo de energía.
Para celebrar este solsticio de invierno, realiza los siguientes tres rituales que te ayudarána atraer la energía que necesitas para que el próximo año esté lleno de prosperidad:
1. Haz una fogata de obstáculos
Anota en una hoja de papel aquellos obstáculos o limitaciones que te han impedido alcanzar tus metas, perdonar o avanzar emocional o físicamente. Luego, escribe en una hoja aparte las metas y objetivos que deseas alcanzar, así como la fecha en que quieres lograrlos. A la hora del solsticio de invierno (10:28 am) rompe en trozos la hoja donde anotaste los obstáculos y colócalos en un recipiente de metal con un poco de alcohol y algodón. A continuación, enciende el alcohol y observa las hojas de obstáculos consumirse en las llamas. Al mismo tiempo, visualízate venciendo esas dificultadas y llenándote de energía. Una vez que sólo queden cenizas, lee de nuevo la hoja con las metas que quieres lograr y crea una escena mental en la que te veas alcanzando cada una de ellas.
2. Llénate de luz
Recibe el solsticio limpiando a profundidad tu casa y luego abriendo todas las puertas y ventanas para que salgan por ellas las energías negativas. Enseguida, da la bienvenida a la luz y a energías positivas iluminando tu hogar con tres velas colocadas en forma de triángulo. Asegúrate de que cada vela sea de un color distinto: azul para atraer la paz, amarilla para garantizar la alegría y la armonía, y una más de color rojo para atraer el amor. Con las velas encendidas, medita y acaba la meditación agradeciendo lo bueno que te ha dejado el año que está por acabar.
3. Meditación para el solsticio
En este último ritual, que puedes combinar con el anterior, prepárate para armonizar tu ser y atraer la abundancia a tu vida. Viste prendas de color blanco, enciende un poco de incienso y pon música para meditar. Después haz cinco respiraciones profundas. Visualiza una luz color violeta penetrando por el chacra de la corona (en la parte superior de la cabeza) y llenando tu cuerpo desde la cabeza hasta salir por los pies. Posteriormente, visualiza un rayo de luz dorada saliendo de tu corazón y traspasando una puerta imaginaria abierta en el horizonte. Ese es tu nuevo año. Más allá de la puerta, imagina que todo es luz, paz, amor, abundancia y gratitud. Piénsate avanzando en dirección a la puerta hasta que tu cuerpo y el rayo de luz sean uno solo y crucen juntos el umbral. Agradece por toda esa energía buena que estás por alcanzar y termina la meditación respirando profundamente tres veces más.
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