Lo mejor de la vida es el equilibrio. Cohibirse puede causar sufrimiento, mientras que los excesos pueden resultar abrumadores o incluso dañinos, pero el justo medio es un reflejo de madurez, serenidad y conformidad. Las personas que disfrutan tanto estar consigo mismas como estar solas tienen estas características que vale la pena descubrir.
1. Son extrovertidos y a la vez introvertidos
La compañía de otras personas favorece la interacción y la colaboración entre seres humanos. Por su parte, sentirse acompañado de uno mismo favorece la reflexión y la observación. Ambas situaciones combinadas pueden hacer que una persona sea afable con otros y sepa divertirse en grupo pero también pueda viajar sola, disfrutar de una tarde de lectura o incluso atreverse a probar cosas nuevas –como tomar una clase de un idioma extraño– sin que alguien más lo acompañe en la aventura.
2. Saben estar en el momento
Las personas que gozan de su tiempo a solas también disfrutan más los ratos que están acompañados. Esto es porque se toman el suficiente tiempo para equilibrar sus sentimientos y emociones antes de compartir con otros. En soledad, balancean su energía para reponerla en lugar de drenarla en un continuo ejercicio de socialización. Por eso, son la compañía perfecta para salir sin distracciones de celulares o charlas vacías. Además de dedicar el tiempo adecuado a cada persona y situación, como aprovechan su tiempo a solas para enriquecerse mental, física y espiritualmente, su charla siempre es amena y variada, algo que puede generar conversaciones muy enriquecedoras. Lo que es más, comprenden el valor del tiempo, tanto el que dedican a otros como el que las personas les brindan, así que se aseguran de aprovechar cada segundo compartido.
3. Piensan por sí mismos
Muchos de nuestros prejuicios vienen de influencias sociales y culturales, de nuestra educación y de los círculos a los que pertenecemos. No obstante, para una persona que gusta de estar a solas, una opinión no sólo se basa en lo que otros le digan que debe pensar sino en lo que ella misma considera. El silencio es un excelente aliado de la meditación y la conexión con los propios sentimientos y pensamientos. Esto, a su vez, es un ejercicio de libertad. Quien no teme a lo que siente y piensa, tampoco rechaza lo que otros sienten y piensan.
4. Saben decir que no
Una persona que opta por no estar constantemente acompañada, busca y programa su tiempo a solas. Por eso, es alguien que se vuelve seguro y que elige los momentos que desea compartir, así como los que decide guardar para sí mismo. Alguien que gusta de estar solo es capaz de rechazar una invitación a través de una comunicación sana, segura y educada.
Aunque hay quienes piensan que una persona que disfruta su tiempo a solas puede parecer antisocial, nada es más lejano de la realidad. Quien goza de sus tiempos a solas se conoce lo suficiente como para saber cómo estar a gusto con los demás.