Seguramente te has sentido molesto con alguien que ha herido tus sentimientos e incluso has abrigado la posibilidad de la venganza pero, ¿por qué no haces algo bueno con ello?; es decir, ¿por qué no transformar esa energía negativa en algo positivo? Es importante que reconozcamos lo que estamos sintiendo: la ira, el sentimiento de injusticia, la aversión, la tristeza, el odio. Los sentimientos reprimidos volverán a aparecer en algún momento (así que no tiene caso ocultarlos o negarlos), muy probablemente cuando otra situación desencadene una respuesta similar, pero estas emociones negativas agotan nuestra energía y pueden propagarse como un incendio forestal. Es importante entenderlo.

La negatividad también crea un vínculo emocional con el abusador, de modo que seguimos repitiendo el drama y el conflicto en nuestras cabezas, justificando nuestro propio comportamiento y rechazando el suyo. En el proceso nos convertimos en una persona no muy agradable. La ira, la agresión y la amargura son como ladrones que roban nuestra capacidad de amar y cuidar. ¿Es posible dar vuelta esa negatividad? Esto puede sonar desafiante o incluso absurdo, pero podemos hacer que las dificultades de la vida nos conviertan en personas mucho más tolerantes y empáticas. Puedes empezar por los siguientes puntos: 

1. Cambia tu humor

¿Has notado alguna vez cómo, cuando estás de buen humor, es difícil para ti dañar o herir algo o a alguien? Las emociones son como las nubes en el cielo, cambian y pasan. No te aferres a los estados mentales negativos. 

2. Aléjate de tu abusador

Nadie puede hacerte daño a menos que lo dejes. Es difícil de creer, ya que nadie quiere ser lastimado, pero es verdad. Cuando alguien nos lastima, estamos inadvertidamente dejándolo tener un control emocional sobre nosotros. Vete. Si te grita, que te grite. ¡Eso los hace felices!

3. Si es posible, dialoga y acepta la responsabilidad que te corresponde

Considera cómo puedes haber contribuido al problema. Es demasiado fácil apuntar con los dedos y culpar al perpetrador, pero regularmente una situación compleja parte de dos personas. Trata la parte que te toca en el diálogo, incluso si piensas que has sido 100% correcto.

4. Sé amable

Eso no significa que te dejes pisotear. Significa que dejes ir la negatividad para que puedas reemplazarla por la compasión. Reflexiona sobre la situación, pues si comprendes lo que en realidad está pasando, esto te ayudará a evitar reaccionar agresivamente. 

5. Medita

La meditación tiene muchos beneficios, tanto físicos como mentales. Entre otras cosas, disminuye la presión arterial y combate los efectos del estrés oxidativo. Además permite que tu mente y emociones se apaciguen, creando el espacio suficiente para pensar con claridad. 

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Sentirte lastimado y autocompadecerte no arreglará las cosas; es mejor que hagas algo con toda esa energía negativa, que la conviertas en una experiencia de vida que te ayude a crecer. 

Con información de The Huffington Post