Aunque te pueda parecer demasiado extremista clasificar los cerebros de las personas en "positivos" y "negativos", es cierto que el cerebro de la gente pesimista opera de manera muy distinta al cerebro de la gente optimista. Las personas optimistas, es decir, las que actúan para cumplir sus expectativas a futuro (esto no tiene nada que ver con estar siempre de buen humor, o ser personas "alegres" como erróneamente se cree), presentan mayor actividad en el cortex prefrontal que las personas pesimistas (aquellas que consideran que sus metas son imposibles o inalcanzables y prefieren no actuar para lograrlas). Además, los cerebros de las personas optimistas producen más dopamina, un neurotransmisor asociado a la sensación de recompensa.
¿Cómo activar las "áreas optimistas" de mi cerebro?
A pesar de que estamos biológicamente programados para notar el peligro y las situaciones negativas como método de supervivencia, también es posible "entrenar" al cerebro para pensar positivamente. Convertir un cerebro pesimista en uno optimista no es tan difícil como crees, te compartimos 5 tips básicos para lograrlo:
1. Concéntrate en tus virtudes. Trata de encontrar al menos tres cosas buenas de ti mismo por cada cosa negativa que no te guste.
2. Mantén el centro de recompensa activado. Prémiate con tus cosas favoritas cuando hagas un esfuerzo o hayas tenido un día difícil.
3. Sé agradecido. Constantemente da gracias por todas las cosas buenas que tienes y también por las personas en tu vida que la enriquecen.
4. Haz cumplidos. Encuentra algo bueno qué decir de las personas que te rodean y dilo.
5. Resalta lo positivo. Cada noche escribe las cosas buenas que te pasaron durante el día, lo que aprendiste o lograste. Cualquier cosa buena sirve, incluso la comida que tanto disfrutaste.
Si aplicas estos tips hasta convertirlos en hábitos, comenzarás a notar como tu mente comienza a pensar de manera distinta.