La ira funciona como un mecanismo de defensa que tenemos las personas por naturaleza y que nos permite sobrevivir a las dificultades y los peligros. Cuando sentimos ira aumenta el ritmo cardíaco, los músculos se tensan y los niveles de adrenalina se incrementan, lo que nos permite reaccionar con mayor destreza ante los estímulos que consideramos riesgos o que demandan un esfuerzo.
Cuando sentimos ira con mucha facilidad se puede deber a frustración, miedo, inseguridad o cansancio. La buena noticia es que la ira es una reacción controlable cuando se conocen los mecanismos adecuados; por ejemplo, estas nueve prácticas formas de controlar la ira.
1. No acumular sino gestionar
Cada vez que ocurre algo que nos molesta y no reaccionamos ante ello, acumulamos ira que eventualmente puede manifestarse. Lo mejor es actuar en consecuencia con nuestras emociones sin ser hirientes, reconociendo lo que sentimos y trabajando para resolver sus motivos.
2. Reducir el poder del ego
Muchas veces sentimos ira cuando creemos que no tenemos lo que merecemos y que las cosas no salieron exactamente como queríamos. Es mejor fluir con la naturaleza de las cosas y reducir el poder del ego para controlar la ira.
3. Repasar tus motivos
Sin juzgarte ni darle vueltas de más al asunto, cuando sientas que vas a tener un ataque de ira puedes preguntarte por qué te sientes de esa forma. Así, en la mayoría de los casos serás consciente de que no es una reacción que valga la pena.
4. Descansar bien
Cuando no hemos dormido bien estamos más vulnerables y somos más irascibles. Es importante dormir bien y durante suficiente tiempo todos los días para poder controlar la ira.
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5. Meditar
La meditación permite que reconozcamos con mayor claridad las emociones que se gestan en nosotros. Así, cuando empezamos a sentir ira seremos capaces de comprender lo que pasa en nuestra mente y cuerpo y controlarlo.
6. Alimentarse saludablemente
El consumo excesivo de azúcar, harina, sal y otros alimentos que pueden perjudicar la salud del cuerpo también nos vuelve irascibles. Por ejemplo, el azúcar causa picos de energía que bajan de pronto y nos hacen sentir malhumorados.
7. Evitar situaciones irritantes
Hay personas que nos hacen daño y de quienes es preferible distanciarse. Si tienes relaciones con gente que te incomoda, considera pasar un tiempo sin ellas.
8. Realizar mindfulness
La práctica del mindfulness se refiere a la conciencia del momento presente. Cuando estamos familiarizados con el mindfulness es más fácil mantener el espacio entre nuestros pensamientos y nuestras acciones y no reaccionar de inmediato. Aquí hay algunas apps para practicar el mindfulness.
9. Asistir a terapia
En terapia se pueden identificar los motivos detrás de los ataques de ira y poco a poco reestructurar la mente del paciente para modificar sus reacciones ante ciertos estímulos. Si te interesa la terapia, aquí puedes saber qué tipo sería mejor para ti.
Fuente
Ilustración de César Biojo