De alguna manera el estrés es el resultado de nuestra fisiología, pues cuando nuestro cerebro detecta algún tipo de estímulo que considera amenazante, envía una señal para liberar cortisol y adrenalina al torrente sanguíneo. Esto provoca que la respiración y el ritmo cardíaco se aceleren y el cuerpo se tense. El cortisol y la adrenalina, también conocidos como hormonas del estrés, pueden ser muy útiles si se está corriendo de una amenaza real en medio de la selva, pero cuando la fuente de nuestro estrés es psicológica y vivimos en la ciudad, la historia cambia, de tal manera que nos sentimos desgastados mental y emocionalmente. En especial, si la causa original de nuestro estrés es un fenómeno natural como un terremoto, huracán, tsunami, incendio o erupción volcánica, ya que el hecho de que éstos sean fenómenos cuyo control está fuera de nuestras manos puede resultar muy perturbador. Si quieres saber si estás sufriendo estrés postraumático después de un desastre natural, puedes consultar más información al respecto aquí.
Sin embargo, cultivar paz mental sí está a nuestro alcance, sin importar nuestra edad. Recordar que tenemos la libertad de elegir nuestros pensamientos y acciones puede ayudarnos a anclarnos una vez mas en el presente. Lo mejor para manejar el estrés en estos casos es concentrarnos en serenar la mente y el cuerpo, pues cuando el estrés se vuelve crónico es mucho más fácil sentirse abrumado, incluso por cosas aparentemente insignificantes. Estos tips pueden ayudarte a recuperar tu paz mental.
1. Prueba diferentes cosas para calmar tu mente
Hay diversas herramientas para lograr esto; algunas de las más efectivas son pasar tiempo en la naturaleza, involucrarte en actividades sociales con personas que amas, realizar ejercicio moderado y practicar una respiración profunda.
2. Retoma tu rutina
Cuando todo parece estar de cabeza, lo mejor que puedes hacer retomar gradualmente los actos que componen tu vida normal. De esta manera, simbólicamente le comunicas a tu mente que todo está bien y puedes continuar con tu vida.
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3. Busca apoyo en tus seres queridos
No temas expresar lo que sientes, sin importar si es miedo, ansiedad o aprehensión. Es válido expresar tus emociones, y hablar de lo que experimentaste, pensaste y sentiste con respecto al desastre natural en cuestión te ayudará a ponerlo en perspectiva e ir recuperando la calma poco a poco.
4. Consulta a un terapeuta
Hay cosas que las personas cercanas a ti no podrán resolver porque no cuentan con el entrenamiento o las herramientas adecuadas. En este tipo de casos, lo mejor es acudir a un especialista que pueda otorgarte las técnicas necesarias para que gradualmente puedas recuperar tu calidad de vida.
Con información de Psychology Today