En la vida cotidiana, a menudo nos enfocamos en dar y hacer, pero ¿qué pasa con recibir? Aquí te proponemos una serie de pasos para abrirnos a recibir, equilibrando así la energía de dar y hacer con la de recibir y permitir. Estas recomendaciones no solo promueven el bienestar, sino que también facilitan una manifestación más fácil de nuestras intenciones y deseos.
El primer paso es establecer la intención de descansar y recibir más, en lugar de dar y hacer tanto. Esto puede hacerse en silencio, en oración, meditación o escribiéndolo en un diario. Mantén esta intención como un secreto sagrado entre tú y el universo, y permite que tu energía se suavice, abriéndote a lo que cada día te traerá.
Después de establecer tu intención, continúa con tu vida normalmente, cuidando tus responsabilidades regulares y ayudando a otros de manera apropiada. Sin embargo, adopta una actitud más relajada y entregada hacia los problemas de la vida. Si has estado esforzándote por lograr algo, toma un descanso de esa agenda o adopta una actitud más pacífica y menos insistente.
Aumenta la recepción de ti mismo inclinándote hacia tu práctica de autocuidado y amor propio. Habla contigo mismo de manera amorosa y alentadora, toma tiempo para descansar y participa en tus actividades favoritas. Aprende a decir no con amor a los demás cuando la solicitud no te honre o sea demasiado agotadora.
Mantente atento a cómo otros pueden darte de maneras inesperadas. Puede ser algo pequeño, como un café gratis en tu cafetería favorita o un gesto amable de un compañero de trabajo. Estos pequeños regalos pueden tener un gran impacto positivo en tu estado de ánimo y tu día.
Al final de cada día, reflexiona sobre lo que has recibido, desde una sonrisa hasta recursos materiales o señales útiles del universo. Permítete registrar realmente estos regalos en tu sistema, sintiéndote más apoyado y agradecido como resultado.
Estos pasos para aprender a recibir son una práctica sanadora que puedes incorporar regularmente, especialmente cuando te recuperas del agotamiento, enfrentas desafíos adicionales o deseas abordar tus metas de una manera nueva. Recuerda que cada día es un equilibrio continuo entre dar y recibir, y ambos son muy nutritivos para el espíritu.