Directo al punto: cuando las mujeres embarazadas tenemos una acumulación de emociones no procesadas entramos en estado de descontento. Si no nos damos el tiempo de quietud para observar qué es lo que nos está perturbando, este descontento matiza todas nuestras acciones.
Nuestro cuerpo y nuestra mente comienzan a llenarse de ansiedad, intentamos escapar de la realidad y migramos a estados mentales ilusorios buscando el confort que el presente no nos ofrece. Nuestro presente nos resulta amenazante o confrontante.
¿Como acaba la historia? Normalmente en crisis, es decir, si no somos nosotras, alguien ahí afuera nos confronta y es entonces cuando suceden estas pequeñas explosiones internas que migran a todo un drama externo. Vomitamos de muchas maneras nuestras quejas del pasado y nuestros miedos futuros.
Dependiendo de cómo estemos habituadas a reaccionar , unas lloramos, otras nos volvemos agresivas contra quien nos confronta, otras simplemente desaparecemos sin decir absolutamente nada con el orgullo bien puesto (mismo que puede durar hasta años bien puesto), entre miles de reacciones.
Si te das cuenta a tiempo que andas en extremo negativa, nada te parece bueno ni suficiente, te fijas en todo lo criticable del exterior, etc., es el momento perfecto para que te concedas al menos diez minutos de silencio en soledad y te preguntes honestamente qué sientes y qué necesitas expresar.
Evita que un ataque de negatividad hiera innecesariamente las relaciones que aprecias, ya sea de pareja, de amigos, de familia o de tus otros hijos: hazte responsable.
Reflexión de la semana:
Identifica qué es lo que sueles hacer cuando estas en estado de ansiedad. ¿Compras, comes, agredes, lloras, te encierras, te ofendes, te sientes incomprendida, amenazada?
Identifica y luego con carácter de urgente haz cosas, ve cosas, escucha cosas que te arranquen la risa, que te conecten con alguna sensación de alegría, haz una lista de personas y cosas que te conectan con la alegría.
Frases de apoyo para esta semana:
Me hago responsable de mis reacciones. Asumo las consecuencias que tengo en mi entorno, cuando no me dedico tiempo para integrar lo que pasa en mi mundo emocional.