De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año se suicidan alrededor de 800 mil personas y el suicidio constituye la segunda causa de muerte entre jóvenes de 14 a 29 años.

En el caso de México, aunque el país se encuentra en un ranking bajo en lo que a número de suicidios se refiere, cada año aumenta la tasa de los mismos, que se registran principalmente entre adolescentes y adultos jóvenes, según cifras del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), y se le considera la segunda causa de muerte entre adolescentes.

La OMS indica que el suicidio es resultado de factores genéticos, biológicos, sociales, psicológicos y culturales, y está vinculado con sentimientos de desesperanza, depresión, enojo, frustración y tristeza. Además, factores como el consumo de alcohol y drogas aumentan las probabilidades de que una persona se quite la vida.

De cada 10 suicidios, en seis no es posible determinar los motivos que llevaron a las personas a tomar esa decisión, mientras que en los casos documentados destacan tres causas: problemas familiares, decepciones amorosas y enfermedades incurables.

Autopsia psicológica para entender a los suicidas

La autopsia psicológica es un instrumento que se utiliza para recabar datos y reconstruir las características personales, sociales, familiares y sintomatológicas de una persona que cometió suicidio.

Su objetivo es conocer más acerca de la víctima, su personalidad, carácter, actividades diarias y todo aquello de lo que no hay registro escrito o físico. Esta información se obtiene a través de entrevistas con familiares, amigos, parejas sentimentales y compañeros de trabajo de la persona que se quitó la vida, para poder comprender los factores estresantes o detonantes, la motivación, intencionalidad y letalidad.

Al realizar estas entrevistas se aplica la llamada técnica MAPI, cuyas siglas se refieren a los diferentes ámbitos del individuo que serán estudiados: Mente (habilidades y capacidades cognitivas), Afectividad (estado de ánimo, predisposición a ideas suicidas, episodios depresivos o trastornos emocionales), Psicosocial (antecedentes de cómo fue su vida desde que nació, sus relaciones con personas no cercanas y los cambios importantes en su vida), e Interpersonal (relaciones familiares, de pareja y amistad).

Autopsia psicológica en México

En México, especialistas del cuerpo académico de Procesos Psicosociales y Salud de la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC) investigan el suicidio a través de la autopsia psicológica.

Después de aplicar esta técnica en diversos casos de suicidio cometidos en Coahuila, los investigadores encontraron entre las motivaciones más recurrentes para cometer suicidio los problemas sociales, la imagen del sujeto ante los demás, ser juzgado y sentir emociones no saludables frente a sus relaciones con el resto de las personas, entre otros.

Entre los problemas familiares sobresalen: situaciones complicadas después de divorcios, custodias de los hijos y exigencia de mayores pensiones; mientras que en los problemas de pareja destacan: codependencia, rupturas y conflictos diversos.

Dentro de los resultados también resalta que no en todos los casos se dio una planeación deliberada, ya que sólo la mitad de ellos había hecho comentarios previos o mostrado indicios de posible suicidio.

Además, lejos de lo que se piensa sobre que el suicidio es casi siempre ocasionado por una depresión, este estudio muestra que hay diversos casos con otros detonantes, como la baja tolerancia a la frustración e impulsividad, que en conjunto, generan un posible riesgo.

En opinión de los especialistas, la autopsia psicológica tiene el objetivo de generar estrategias preventivas pero también comprensivas respecto al fenómeno del suicidio, además de proporcionar información que permita brindar apoyo a las familias de las personas que se quitaron la vida.