El perdón es un acto de liberación y sanación que puede tener un impacto profundo en nuestras vidas. Aunque a veces puede resultar difícil o incluso imposible, es importante comprender por qué el perdón es una práctica importante y beneficiosa tanto para nosotros mismos como para nuestras relaciones.
Es cierto que muchas veces resulta complicado perdonar a los demás cuando nos hieren o traicionan, pero en muchos casos puede volverse aún más difícil perdonarse a uno mismo por los errores cometidos en el pasado.
El perdón a uno mismo resulta complicado porque implica reconocer nuestras propias malas acciones y aceptar nuestras fallas y errores. La clave es darnos cuenta de que los errores no nos definen y que haber tenido un tropiezo o tomado una mala decisión no significa que seamos malas personas.
Según un estudio publicado en la revista PLOS One, los investigadores definen el perdón a uno mismo como "un cambio de actitud positivo en los sentimientos, acciones y creencias sobre uno mismo, luego de una transgresión autopercibida o un mal cometido por uno mismo". También señalan que perdonarse a uno mismo puede ayudar a "restaurar un sentido positivo de uno mismo y salvaguardar el bienestar general contra los efectos tóxicos de la culpa, la vergüenza y el arrepentimiento".
Ya sea para perdonar a otros o a uno mismo, es importante tomar en cuenta las 4 R del perdón:
- Responsabilidad: Asumir la responsabilidad de tus acciones
- Remordimiento: Canalizar tus sentimientos negativos como la culpa para guiarte en el futuro, tomar mejores decisiones y evitar caer en los mismos errores.
- Restauración: Reparar o rectificar cualquier daño que hayas causado, ya sea a otros o a ti mismo.
- Renovación: Completar el ciclo del perdón a uno mismo a través del cambio de comportamiento y el crecimiento personal.
1. Reformula tu percepción acerca de tus errores. El ser humano suele pensar en las cosas en términos de polaridad, como éxito versus fracaso, o fuerza versus debilidad, cuando en realidad pueden existir juntas. Así que se trata de averiguar, por ejemplo, cómo puedes crear esperanza a partir del dolor, cómo puedes crear evolución a partir de lo que se siente como un fracaso. Es necesario cambiar realmente todo tu paradigma para alejarte de esa polaridad hacia una comprensión más rica y compasiva contigo mismo.
2. Olvídate del “debería”. Tu crítico interno, ese que juzga duramente todo lo que eres y haces, es uno de los mayores obstáculos para perdonarte a ti mismo. Cuando te enfocas en lo que deberías ser o hacer, o en lo que deberías haber hecho en tal o cual situación, te sumerges en un bucle autocrítico del que puede ser difícil salir. Cuando te juzgas a ti mismo, limitas todo tu potencial para crecer y pensar abiertamente, por ello, en lugar de juzgar, puedes aprender de tu pasado y usar esas experiencias como herramientas para el cambio y el crecimiento.
3. Asume la responsabilidad de tus acciones. Aquí entra la primera de las cuatro "R del perdón". Para seguir adelante y perdonarte a ti mismo, debes aceptar tu responsabilidad en lo que haya sucedido. Por supuesto, esto te puede conducir a sentimientos de culpa, remordimiento y arrepentimiento, pero esto es algo normal y es parte del proceso, como verás en el siguiente punto.
4. No niegues tu remordimiento o arrepentimiento. La segunda de las "R del perdón" es el remordimiento. Una vez que has asumido tu responsabilidad en lo ocurrido, el remordimiento es un recurso natural para avanzar hacia la integración de la situación de manera saludable. Ten presente que no puedes simplemente dejarlo ir y olvidar, sino que es necesario hacer una pausa para aceptar y reconocer tus sentimientos, procesarlos y moverte a través de ellos a estados en los que te sientas más tranquilo, centrado y empoderado.
5. Esfuérzate por rectificar tus malas acciones. La restauración es la tercera "R del perdón". Este paso implica disculparte, hacer las paces, pedir perdón, pero también respaldar tu remordimiento con un cambio de comportamiento. Perdonarte a ti mismo puede implicar corregir tus errores con los demás, pero incluso si el perdón que necesitas no tiene nada que ver con nadie más, tu relación contigo mismo también necesita restauración.
6. Aprende la lección. La cuarta "R del perdón” es la renovación, con la cual puedes crecer y mejorar a partir de la experiencia de haber aprendido una lección valiosa sobre el tipo de persona que quieres ser en el futuro. La renovación consiste en comprender qué te llevó a cometer ese error y hacer un esfuerzo consciente para evitar que se repita en el futuro.
7. Busca la orientación de un profesional de la salud mental. Por último, ten muy presente que nadie debe sufrir solo, y si estás luchando por perdonarte a ti mismo, no logras hacerlo por tu cuenta y la situación afecta tu tranquilidad y bienestar, valdría la pena buscar la ayuda de un profesional, como un terapeuta, psicólogo o guía espiritual. Aunque el perdón a uno mismo es un trabajo interno, un profesional de la salud mental y emocional te puede brindar las herramientas que necesitas para perdonarte, sanar y avanzar.
Perdonarte a ti mismo es un acto de autocompasión que no será fácil, pero lograrlo será como quitarte un gran peso de encima, lo que te permitirá vivir más ligero y en paz, además, al contener los sentimientos de culpa y arrepentimiento con bondad amorosa hacia ti mismo, serás capaz de crecer, evolucionar y evitar repetir los mismos errores en el futuro.