Si alguno de tus seres queridos atraviesa por una depresión, lo más natural es que quieras ayudarle a superarla. Sin embargo, muchas veces, las cosas que se hacen o dicen con las mejores intenciones terminan por afectar más de lo que ayudan. A continuación, algunos puntos importantes sobre en qué consiste este padecimiento y cómo puedes apoyar a quien lo sufre.
Para empezar, es importante que tengas claro que depresión no es lo mismo que tristeza, pues aunque van de la mano y se parecen, también tienen grandes e importantes diferencias.
La tristeza es un estado de ánimo normal, que forma parte de las emociones que experimenta toda persona a lo largo de la vida. Suele presentarse ante una pérdida, que puede ser por la ruptura de una relación amorosa, conflictos y distanciamientos con familiares o amigos, la muerte de un ser querido o la pérdida de un empleo, entre otras.
Aunque mientras se siente puede parecer que es el fin del mundo, la tristeza es en realidad un estado pasajero que mejora con el tiempo, al volver a la rutina, realizar actividades placenteras y mantener en la mente pensamientos positivos.
La depresión, en cambio, es una enfermedad psicológica que se caracteriza por una profunda tristeza y angustia. La tristeza se puede convertir en depresión cuando la emoción no se desahoga y canaliza adecuadamente, ya que las personas se quedan estancadas en ese sentimiento negativo que les impide vivir su día a día con normalidad.
Cuando la depresión se vuelve crónica dura meses e incluso años, y deteriora tanto el sistema nervioso como el inmunológico. Quienes la padecen se tornan incapaces de volver a sus actividades cotidianas, porque ese malestar emocional los paraliza y les hace perder el interés en prácticamente todo.
Los síntomas de la depresión incluyen una tristeza profunda y persistente, sentimientos de desesperanza, pesimismo, culpabilidad, pérdida de interés en las actividades que antes se disfrutaban, inquietud, irritabilidad, fatiga y dificultad para concentrarse.
Además, las personas deprimidas presentan trastornos del sueño, que pueden ser insomnio, dormir más de lo habitual, despertar varias veces por la noche o más temprano de lo regular. También suelen tener trastornos alimenticios, ya sea pérdida del apetito o hambre en exceso.
Tratar de ayudar a alguien que padece depresión es algo delicado pues, a diferencia de quien está triste, decirles palabras de ánimo y hacerles ver lo bueno que tienen en la vida puede resultar contraproducente, ya que se trata de una condición que sale de su control y no responde a su voluntad.
Quienes tienen depresión suelen necesitar ayuda profesional mediante terapias psicológicas y, en muchos casos, incluso requieren medicación. Así que no debes tomar el rol de terapeuta sino limitarte a brindar tu apoyo, compañía y comprensión, sin tratar de forzarle a hacer cosas que no quiere o que no puede.
Algo muy importante es que debes evitar restarle importancia a su problema al decir frases como "no exageres", "hay muchas personas en situaciones peores que la tuya", "así es la vida, ya pasará", "la felicidad es tu elección", "sal a divertirte y olvídate de esto", "no es para tanto", "yo tuve depresión una vez y se me pasó en unos días"… entre muchas más, que suelen decirse con buena intención pero que resultan contraproducentes, pues minimizan la difícil situación por la que atraviesa esa persona.
Por el contrario, las frases que te ayudan a conectar mejor y acercarte a una persona con depresión son las que muestran empatía y comprensión, como "estoy contigo para lo que me necesites", "¿qué puedo hacer por ti?", "no estás solo, estoy aquí para apoyarte", "no vayas solo, te acompaño" (a la terapia, por sus medicamentos, a donde sea que requiera compañía), "esto no es tu culpa" (es importante que sepa que entiendes que no es su elección sentirse así), "no sé realmente cómo te sientes, pero estoy aquí para escucharte y trataré de comprenderte lo mejor que pueda".
El punto está en ser empático. Quizás nunca hayas estado deprimido, pero seguro sí has estado triste y sabes que mientras lo estás, parece no haber salida y todo se ve oscuro. Para tratar de comprender lo que alguien con depresión siente, imagina que esa tristeza que has sentido se prolonga días y días y se vuelve cada vez más profunda.
Al hacerlo te darás cuenta de lo que puede o no ayudar en esos casos y entenderás por qué a veces lo mejor es no decir nada, sino simplemente acompañar en silencio. Demostrar que estás ahí, dispuesto a brindar tu apoyo, es lo primordial.
Puede ser que tú o algunas otras personas que conoces hayan salido fácilmente de un período de tristeza, pero toma en cuenta que cada uno es diferente y no todos tienen la misma fortaleza emocional y resiliencia. Hay a quienes les toma más tiempo, y es en esos casos cuando suele aparecer la depresión.
Además, necesitas tener mucha paciencia, porque salir de una depresión suele ser un proceso largo. Y algo fundamental es que no te olvides de ti por ayudar a tu ser querido. Para poder darle el apoyo que requiere, necesitas estar bien emocionalmente.