Los seres humanos somos únicos, es por eso que tenemos gustos diferentes y objetivos distintos. Pero hay una meta que todos queremos alcanzar: ser felices. Pareciera que la vida es una lucha constante por llegar a un estado “ideal” de equilibrio, plenitud y bienestar. Sin embargo, muchas veces sentimos que se trata de algo que viene y va, porque lo confundimos con la euforia, la risa o el placer, emociones que son pasajeras, destellos de algo mucho más valioso y complejo. Entonces, ¿qué es la felicidad? ¿Cómo se consigue?
El cineasta Roko Belic viajó por el mundo durante 6 años buscando respuestas y regresó con un maravilloso documental: Happy. 73 minutos en los que el espectador se une a un recorrido que explora las bases científicas y espirituales de la felicidad en personas de diferentes culturas. Desde las tribus del desierto de Namibia hasta la ciudad primermundista de Tokio, se trata de un filme que te hace reír, llorar y, sobre todo, replantearte cosas que antes dabas por hecho.
La felicidad es comúnmente atribuida al dinero, la imagen y la popularidad. Por eso creemos que las personas bellas, ricas y famosas son felices. Pasamos tiempo admirándolos, deseando ser como ellos. Pero los estudios llevados a cabo en el documental demostraron que no es así; en realidad, cuando una persona de clase media (es decir, que tiene todas sus necesidades básicas satisfechas) se vuelve millonaria, no incrementa considerablemente su nivel de felicidad. Interesante, ¿no?
Entonces, ¿qué hace a las personas felices? El equipo de Happy encontró características que la gente entrevistada en el documental y con altos niveles de felicidad tenía en común. Éstas se pueden resumir en cuatro aspectos:
1. Cómodo en tu propia piel. Todo está en la mente. Cuando dejas de pensar en aquello que te falta empiezas a disfrutar lo que tienes: apreciar una vista hermosa, salir de la rutina, realizar diferentes actividades son componentes que mantienen el interés y la satisfacción personal. Hacer ejercicio, por ejemplo, es un liberador de dopamina, lo que nos hace sentir bien.
2. Encuentra tu flow. ¿Qué es eso del flow? Sencillo, el flow es la sensación que recorre tu cuerpo al hacer eso que te apasiona. Las actividades que realizas no por reconocimiento ni por alguna retribución sino sencillamente porque te sientes bien, te hacen sentir vivo. Es lo que siente un chef al cocinar o un aficionado al alpinismo cuando pende de una cuerda a kilómetros de altura.
3. Comparte con la gente que amas. Las personas más felices no son las que tienen muchos amigos en Facebook, ni aquellas cuyo rostro es conocido en todo el mundo. Son las que forman lazos fuertes y reales, que tienen familia y amigos cercanos que los aman, que se preocupan por ellos y con quienes pueden compartir su vida.
4. Dale sentido a tu vida. ¿Alguna vez te has preguntado por qué haces lo que haces? Cuando una persona se reconoce como parte importante de su entorno y es consciente de que sus acciones importan, le da un propósito a su vida. Hay una satisfacción muy profunda en ayudar a los demás y darnos cuenta de que podemos hacer una diferencia. Al final, una vida carente de significado es una vida vacía. La autorrealización llega cuando sentimos que con nuestras acciones estamos contribuyendo a hacer del mundo un lugar mejor.
Las personas verdaderamente felices viven en el presente, sin ansiedad por el futuro o nostalgia por el pasado. No tienen vidas perfectas ni están exentos de problemas, pero tienen la capacidad de reponerse rápidamente y de apreciar la vida que tienen hoy.
Happy está disponible en Netflix, así que aprovecha estas vacaciones y dale una oportunidad a este documental. Aprenderás de otras culturas, conocerás gente maravillosa y, con un poco de suerte, descubrirás que la felicidad está más cerca de lo que pensabas.
Con información de http://www.thehappymovie.com