Desde un inicio, durante la gestación tenemos la opción de confiar en la vida, en su proceso, o de tomar el tren de las preocupaciones; es una decisión de cada mujer. Hay situaciones que hacen esta elección mas difícil o mas compleja y es parte de la experiencia de cada mujer entender los causales de las situaciones que vive al saberse embarazada.
No se trata de un momento de rosa ilusión y de dejar de lado la realidad que se vive. Se trata de algo mucho más sutil y mas profundo: confiar en una realidad que se muestra claramente en nuestro interior, no ante nuestros ojos, y cuya completa comprensión va mas allá de nosotras.
Confiar. Algo que no necesariamente todas aprendimos desde la cuna, probablemente a muchas de nosotras simplemente no nos lo enseñaron, y el darle lugar a las emociones ha ocurrido más bien a partir de encuentros y desencuentros, que, hacia el exterior, se traducen en nuestras verdaderas capacidades de responder desde lo emocional de manera saludable o no.
De ahí la gran oportunidad para el desarrollo espiritual de la madre. Confiar.
En esta época existen muchos libros que aportan gran información sobre embarazo, sin embargo, el propósito de aprender a confiar es justamente trabajar mas allá de la información porque este proceso que vive la mujer durante la gestación es una clara muestra de alquimia pura. Recuerda cada que lo necesites que no existen las verdades absolutas sino las elecciones personales para el desarrollo de la conciencia.
Confiar en la vida implica dejarla ser, es decir, entender que puedes acompañarla dentro de ti pero no importa cuánto te esfuerces, no puedes controlarla.
Reflexión de la semana
Para reflexionar sobre la confianza vale la pena que anotes todo aquello en lo que no confías actualmente. Anota absolutamente todo por muy insignificante que parezca.
¿En dónde, en qué o quiénes, está puesta tu confianza en este momento de tu vida?
Identifica un símbolo, imagen que enmarque el significado de la confianza para ti y visualízalo en tus momentos de inseguridad.