Hoy quiero contarte sobre una pequeña glándula que existe en tu cabeza: la glándula pineal. Esta glándula regula ciertas funciones relacionadas con el sueño, principalmente, pero es considerada como un órgano vestigial, es decir, que en algún momento fue muy útil pero ya no lo es tanto. Esta definición parte de una perspectiva biológica y científica, porque dentro de un contexto energético y espiritual tu glándula pineal es importantísima, pues es una especie de antena que envía y recibe información a y desde planos de conciencia más elevados.
Imagina que abres un radio y encuentras ahí sus componentes: hay transistores, circuitos y muchas cosas más que generan que opere de manera correcta con las señales, con las ondas que no se ven pero que sabemos que se reciben. Así es la pineal en ti.
Es tu “circuito” que te ayuda a recibir cosas sorprendentes cuando meditas, cuando haces oración, cuando pides. Las personas que la tienen muy desarrollada son capaces de “ver” cosas con los ojos cerrados, es decir en planos multidimensionales.
Los habitantes de la India se colocan en la frente un punto de color. Bueno, ese punto representa la glándula pineal que se encuentra a esa misma altura de la frente, pero por dentro de tu cerebro.
Y así como los hindúes, distintas religiones y desde tiempos inmemorables, han hecho referencia a este gran regalo que tenemos por dentro; y este regalo se activa de una forma hermosa, pues tu intención, amor propio y acciones compasivas son el “combustible” que la hace sintonizar con esas frecuencias divinas y de creación.
Quiero que recuerdes que eres un ser de luz con las herramientas perfectas para conectar con todo lo que te rodea a nivel físico y espiritual y tienes las cosas perfectas para hacerlo; tu glándula pineal es una de ellas. Te invito a investigar sobre esto que tienes en el interior de tu cuerpo desde que llegaste al planeta. Y así es.