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Cosas que te estresan (pero no lo sabes)

Octubre 03, 2018

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¿Qué vas a aprender con esta nota?

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  • Cómo manejar situaciones estresantes

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  • A ayudar a tu cuerpo a combatir el estrés

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Las mayores causas de estrés en la vida son fáciles de identificar. Los grandes cambios, problemas de dinero o un trabajo demasiado demandante encabezan la lista. Pero no son las únicas situaciones que pueden interferir con tu bienestar. Tal vez no te des cuenta, pero hasta las situaciones más sutiles son capaces de causar estragos en la salud y reducir la tolerancia a factores estresantes más severos como el dolor.

 

Algunos de estos factores estresantes y cómo lograr que no te afecten:

 

  • Dormir tarde. Irte a la cama después de la media noche puede subir tus niveles de estrés. Lo más recomendable es comenzar a desconectar al menos dos horas antes de dormir. Es decir, nada de revisar tu email de trabajo por la noche o planear la lista del súper para el siguiente día. De lo contrario, una vez que acuestes, te costará mucho trabajo relajarte y dejar de dar vueltas a tus pensamientos. Calcula tus tiempos para que puedas descansar al menos 8 horas cada noche.

 

  • Mentir. Ya sea una pequeña mentira piadosa o un engaño a gran escala, esta tendencia puede interferir con tu salud física y mental; incluso causar problemas intestinales.

 

  • Mucha cafeína. Ya sabes que es estimulante y te ayuda a sobrevivir las mañanas. El problema es que con frecuencia se sobrepasa el límite de 300 mg diarios que se recomiendan. Pasarte con la cafeína eleva la ansiedad, adrenalina, cortisol y presión sanguínea. Todo esto puede resultar en una interrupción del sueño y, desde luego, más estrés en tu vida. Recuerda que no sólo está presente en el café, sino en muchas bebidas (como refrescos) y hasta helados.

 

  • Alcohol. Ingerir bebidas alcohólicos también estimula la producción de cortisol y de igual forma, puede interrumpir tus ciclos REM de sueño profundo. Pero si tu consumo de alcohol se limita a disfrutar de una copa de vino o una cerveza de vez en cuando como forma de relajación, no tendrás problema.

 

  • Demasiado ejercicio. Está claro que realizar actividad física moderada es muy bueno para la salud. El conflicto llega cuando no escuchas a tu cuerpo y lo llevas más allá de su límite. Ejercitarte de forma intensa durante periodos de mucho trabajo o problemas personales hace que los niveles de hormonas de estrés se disparen.

 

  • Abrir tu email. No se trata de la cantidad de correos que recibas cada día, sino de la cantidad de veces que tengas el impulso de revisar tu bandeja de entrada. El número ideal es 3. De otra forma, caes en la compulsión de contestar a todas horas y no te das tiempo de desconectar.

 

  • Ruido. El tráfico caótico, los cláxones, llanto de bebés y hasta ese compañero de trabajo que no para de aclararse la garganta cada medio minuto; son factores que activan la producción de cortisol. Mientras menos control sientas que tienes sobre lo que pasa a tu alrededor, más nervioso te pones. Intenta poner música relajante o, en casos extremos, usar tapones de oídos y enfócate en ti.

 

  • Largos trayectos al trabajo. Tardar más de 45 minutos para llegar a la oficina puedes ser algo a lo que estés acostumbrado de sobra. Sin embargo, cada minuto que pasas atorado en un embotellamiento aumenta tu riesgo de sufrir depresión y cuadros de ansiedad. Intenta pasar ese tiempo en el coche o transporte público en atención consciente. No significa que te vayas a poner a meditar en pleno Periférico, solo que hagas un ejercicio de observar tu alrededor y respires profundo.

 

  • Comida procesada. Los alimentos precocinados y la típica fast food por la que optas cuando no tienes tiempo de cocinar son causantes de inflamación. El consumo regular de estos productos resultan en exceso de peso, supresión del sistema inmune, problemas digestivos, enfermedades cardiacas, niveles de azúcar elevados y niveles de cortisol muy altos. El consejo es obvio. Date un tiempo cada día para preparar comida natural y regálale a tu cuerpo alimento verdadero.

 

  • Hacer dieta. Está bien llevar un control de lo que comes y tratar de elegir los alimentos más sanos. Pero obsesionarte con el conteo de calorías y enfocarte en las restricciones que llevar un régimen alimenticio representa, te estresará más de lo que te imaginas.

 

Es imposible nunca sentirte estresado, sin embargo puedes considerar los consejos de esta lista para combatir las situaciones del día a día que te mueven de tu centro. Tienes el poder de decidir si dejas entrar al estrés en tu vida.

 

Con información de Greatist

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