El incienso, extraído de la resina de boswellia, ha sido utilizado por generaciones en ceremonias de todas las tradiciones espirituales. Puede ser que en la actualidad la mayoría de los devotos lo consideren simplemente como un símbolo, pero recientes descubrimientos científicos indican que el incienso podría ser mucho más que eso. Por cierto, boswellia es el nombre de una clase de árboles famosos por sus resinas aromáticas, aunque sólo 4 tipos producen las resinas de las que se hace el incienso.
En la antigüedad dichas resinas eran muy apreciadas en Medio Oriente, donde había caravanas que la transportaban hasta la ciudad de Medina, desde donde se repartía en todas las direcciones de la Tierra. Los griegos lo usaron en sus ceremonias y el emperador romano Nerón derrochó una cosecha entera de incienso en el funeral de su amante favorita. Los egipcios lo usaban para embalsamar a sus muertos y el incienso que le fue regalado a Jesús al nacer de acuerdo a la tradición bíblica era de este tipo. Sin embargo, la resina de boswellia no sólo tiene usos rituales. La medicina ayurvédica utiliza estas resinas para tratar dolencias como hipertensión, náuseas, transtornos digestivos y la recuperación después de un parto. Y el humo del incienso ha sido usado desde tiempos inmemorables para ahuyentar los mosquitos pero la ciencia indica que también puede tener efectos contra la depresión.
Investigadores de la Universidad Hebrea de Jerusalén y la Universidad de John Hopkins administraron el componente base de la resina de boswellia a un grupo de ratones y descubrieron que la substancia estimulaba las zonas del cerebro encargadas de regular las emociones. Lo cual disminuía la ansiedad de los roedores y tenía efectos antidepresivos. Pero ¿que podría significar esto para los humanos? Bueno, podría explicar cómo es que el humo del incienso diluye la inquietud y lleva a los devotos a un estado de relajación desde donde pueden descansar su mente y abrir su percepción.
Este tema es de particular importancia porque la depresión tiene consecuencias graves a nivel social e individual. De acuerdo con las cifras publicadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) la depresión afecta a 350 millones de personas en el mundo. Además es una cuestión de salud pública, ya que no sólo es motivo de sufrimiento para quien lo padece, sino que también afecta a sus familiares, seres queridos y compañeros de trabajo. El ritual de encender una vara de incienso puede reconfortar las emociones y elevar el espíritu de cualquier persona independientemente de sus creencias espirituales. Recordemos las palabras poéticas del sabio sufi Rumi:
¡Enciende el incienso! Debes arder para ser fragante.