Los cristales de cuarzo y las piedras son herramientas que surgen de la naturaleza y ayudan a mejorar tu bienestar físico, emocional, mental y espiritual.
Estos elementos trabajan en el nivel vibratorio, donde interactúan con tu campo electromagnético para restaurar el equilibrio y el balance de tu ser, pues te transmiten su energía y contribuyen con el ajuste de las vibraciones sutiles.
En este sentido, los cuarzos te pueden ayudar a lidiar con situaciones de la vida cotidiana que te desestabilizan. Ya que su energía es más estable y posee una mayor frecuencia vibratoria, tiene la capacidad de equilibrar y sanar esos aspectos que se tornan problemáticos, como los estados anímicos y emocionales negativos.
Su estabilidad energética se debe a que tienen una estructura interna ordenada y precisa, por lo que tienen la capacidad de ser constantes, coherentes y confiables en sus vibraciones.
Esa forma equilibrada y constante de energía es lo que les permite equilibrar tu campo electromagnético o aura, para ayudarte a pasar del desequilibrio al equilibrio.
Cuando tomas un cristal de cuarzo en tu mano, éste entra en contacto con tu campo energético o aura. Puedes sentir su energía en forma de calor, cosquilleo o vibraciones en ciertas partes del cuerpo, o también mediante cierta incomodidad o presión.
Para aprovechar sus propiedades energéticas puedes colocar tus cuarzos o piedras en un altar energético, llevarlos contigo en tu bolsa o mochila, en los bolsillos de la ropa o como joyería en dijes, anillos o pulseras.
Cuando necesites de su poder, tómalos en tus manos y concéntrate en tu intención, en aquello que deseas sanar, equilibrar y armonizar con su ayuda, y realiza una pequeña meditación.
También puedes hacerlos parte de tus rituales de meditación, al sostenerlos en tus manos mientras meditas y recitas mantras. Cuando la energía empiece a fluir, la percibirás a través de las sensaciones físicas que mencionamos: calor, cosquilleo, vibración, presión… cada persona lo siente de forma diferente y en distintos momentos.
Si te acabas de iniciar en el uso de cuarzos y piedras, no te presiones; si no sientes nada en especial las primeras veces, no desistas. Continúa con tu práctica de meditación normalmente y deja que todo fluya. Cuando sea el momento y cuando tu energía esté vinculada con la del cuarzo, las sensaciones llegarán a ti.
Antes de usar tus cuarzos o piedras por primera vez, es importante limpiarlos, tanto a nivel físico para quitarles el polvo o suciedad, como a nivel energético, para eliminar las energías que se pudieran haber impregnado en ellos de las personas que estuvieron antes a su alrededor y que tuvieron contacto con ellos.
Aunque existen diversas técnicas para limpiar los cuarzos, la más práctica y sencilla es la sal de mar. Sólo tienes que colocar la sal en un recipiente de cristal y poner los cuarzos sobre ella o sumergirlos para que los cubra.
Tu intuición te guiará para elegir la mejor forma de hacerlo en tu caso específico. Déjalos reposar durante la noche, y listo. Al día siguiente puedes empezar a usarlos y, si lo deseas, puedes enjuagarlos previamente bajo el chorro del agua y secarlos bien.
Es recomendable que, antes de tu primera meditación o de usarlos para alguna intención, te tomes unos minutos para observar tus cuarzos y empezar a conectar con ellos y la energía cristalina. Esto ayudará a que su energía fluya más fácilmente con la tuya.
Con información de One Somos Uno
Foto de portada: Karolina Grabowska / Pexels