¿Qué significa que un alma sea madura? Si a lo largo de tu viaje espiritual te preguntas "¿Qué espero de la vida?" y eres capaz de dar una respuesta sincera, la calidad de esa respuesta contiene la información que necesitas para saber sobre la madurez de tu alma.

Tal vez has sentido que "no encajas" con los comportamientos de otros, que no tienes gran interés por lo material o que simplemente vives en tu mundo. Si te identificas con una o varias de las siguientes señales, puede que a continuación encuentres tu respuesta a la pregunta "¿Por qué me siento diferente?".

• Estás más allá de tus deseos y ambiciones que se limitan a la forma. La conciencia de que alcanzar tus objetivos no te trae felicidad auténtica, te ha hecho madurar. Puede que te haya brindado satisfacción temporal, pero no felicidad duradera.

• Has experimentado la naturaleza de los anhelos, la variabilidad constante del mundo de las formas, donde nada es para siempre, todo es dialéctico y está en cambio constante.

• Eres capaz de abandonar tus deseos y ambiciones, es decir, te vuelves "pobre" en términos de propiedad material.

• Ante la pregunta "¿Qué espero de la vida?", respondes: "Quiero encontrar el verdadero centro de mi existencia para alcanzar la felicidad auténtica que la independencia de las formas me puede dar. La alegría de vivir y el estado de unidad".

• No te resistes, estás encantado de rendirte al proceso que eventualmente te llevará a un estado de disolución (al menos de tu cuerpo físico). Abandonas tu identificación con el ego gradualmente. Así es como das paso al reconocimiento de que el alma es conciencia y de que no está atada a una forma específica.

Por el contrario, un alma inmadura está llena de deseos. Tiene ambiciones y objetivos que tiene intención de alcanzar. Ya sea que estos anhelos sean del orden más bajo (dinero, poder) o sean más sofisticados (devoción religiosa, desarrollo espiritual), llegar a estas metas requiere tiempo, así que el futuro siempre es importante para este tipo de almas.

El alma inmadura que tiene objetivos espirituales sospecha que las cosas importantes tienen lugar en el aquí y el ahora, pero aun así utiliza el momento presente como un trampolín hacia sus metas futuras.

Es importante saber que el alma inmadura sólo puede imitar la pobreza, pues todavía no experimenta la riqueza (material, intelectual o moral). Por esta razón, existe un deseo reprimido e inconsciente por conseguir esa abundancia. No podrá madurar hasta que satisfaga esos deseos y pueda experimentar la naturaleza evanescente de las formas y los anhelos.

El hecho de que tu alma esté en proceso de madurar no significa que haya algo malo contigo o que estés en el camino equivocado. Todo lo contrario: te da la oportunidad de avanzar en tu viaje espiritual.

Con información de My Empowered World