Algunas veces relacionamos esta palabra con su contraria, es decir, la esclavitud, y ésta con ejemplos de personas en el mundo que son esclavas por alguna cuestión social, económica, de edad o género.
Es importante ampliar nuestra visión, ya que hay una esclavitud que puedo mantenernos cautivos y paralizados sin darnos cuenta: la esclavitud autoimpuesta. Es decir, todos aquellos pensamientos, creencias, hábitos y actos automatizados sin concientizar que nos hacen estar donde no queremos estar, sintiendo lo que no queremos sentir, conviviendo con quienes nos agotan más que inspirarnos y, a la larga, emocional y físicamente cansados constantemente.
Pero, ¿cómo puedo esclavizarme a mí mismo? Ya hemos dado algunas ideas para ir preparando el terreno y entender que a veces no basta con la libertad física si internamente nos sentimos aprisionados, limitados y sin capacidad de elección.
Te propongo hacer el siguiente test, confeccionado por Lisa Bourbeau, para ver en qué punto te encuentras. Responde con una de las siguientes opciones:
Nunca
A veces
A menudo
Siempre
1) Cambio de idea cuando alguien a quien aprecio tiene una opinión distinta a la mía. _________
2) Me cuesta decidirme sin la aprobación o la opinión de alguien.________
3) Quiero que se me reconozca cuando me sacrifico por alguien.________
4) Necesito que me feliciten para creer que he actuado bien.________
5) Necesito ser extraordinario antes de felicitarme.__________
6) Pierdo el interés por lo que tengo que hacer cuando estoy solo._________
7) Necesito encender la radio o la televisión en cuanto llego a mi casa._________
8) Me siento abandonado o rechazado cuando no se ocupan de mí. Busco la atención de los demás.___________
9) Atraigo a gente con problemas. Se abren a mí con facilidad en busca de ayuda.____________
10) Siento que no me queda tiempo para mí. Estoy demasiado ocupado haciendo cosas por y para los demás.___________
Te sugiero que alguien que te conoce bien complete el cuestionario para ti para verificar tus respuestas, ya que a veces nuestro ego nos juega malas pasadas y no queremos vernos como somos de manera objetiva.
Puntúa tus respuestas como se indica a continuación:
Nunca = 0
A veces = 1
A menudo = 3
Siempre = 5
Al finalizar, suma tus puntos y revisa el resultado:
40 a 50 puntos = muy dependiente
20 a 40 puntos = medianamente dependiente
10 a 20 puntos = poco dependiente
0 a 10 puntos = enhorabuena, te tienes en una alta estima y haces uso de la libertad.
Los seres humanos sólo tomamos dos tipos de decisiones ante las oportunidades: aquellas que nos llevan a la resignación y nos mantienen en pasados obsoletos, y aquellas que nos llevan hacia la innovación y la libertad de estar viviendo una vida auténtica. Así, nuestro nivel de éxito es determinado por el nivel de independencia interna que tengamos sin que permee lo que otros piensen o quieran de mí sin cuestionarlo a profundidad, en lugar de por las oportunidades que se nos presentan en el transcurso de nuestra vida y los deseos que realmente nacen de una motivación profunda.
No soy mis circunstancias, soy el resultado de mis elecciones en el día a día.
No tengas miedo a elegir a partir de ti, de tus metas, sueños, gustos e ideas. La libertad inevitablemente vibra autenticidad y el brillo de la libertad es el más impresionante de todos. Si puedes elegir, ¿por qué no elegir ser realmente libre?